Michael Kim ha entrado en el círculo de ganadores del PGA Tour como un elefante en una cacharrería. El joven golfista de 25 años, nacido en Seúl aunque criado en California, ha logrado este domingo su primera victoria en el circuito americano con una actuación de récord. Se ha llevado el John Deere Classic destrozando el mejor resultado de siempre en el torneo (-27) y con ocho golpes de ventaja sobre la segunda posición.
La victoria de Kim ha sido absolutamente incontestable. Es el marcador final más bajo de la temporada, ha batido el récord de birdies en una semana en 2018 (30) y ha pateado mejor que nadie en el PGA Tour en toda la temporada. Le ha ganado de media al resto de los jugadores sólo en los greenes la friolera de más de trece golpes. Una barbaridad.
Kim se apunta a la moda de las victorias por derribo en el circuito americano. Es la tercera vez que un ganador obtiene ocho golpes de ventaja sobre el segundo. La anterior ‘paliza’ estaba aún muy reciente, ya que fue obra de Francesco Molinari hace dos semanas en el Quicken Loans National. Precisamente, el italiano mantiene su fantástico estado de forma al acabar en segunda posición empatado con Joel Dahmen, Sam Ryder y Bronson Burgoon. En sus dos últimos torneos suma una victoria y un segundo puesto. Es difícil llegar más afilado al Open Championship.
En cuanto a la Armada latina, el mejor fue el argentino Andrés Romero (-16), que acabó en la séptima posición y le dio un buen bocado a su clasificación en la FedEx, aunque todavía está muy lejos de los 125 primeros. Mientras, el chileno Joaquín Niemann (-13) cuajó otra brillante semana. Hizo cuatro rondas por debajo de 70 golpes y terminó en el top 25 del torneo.
La principal curiosidad de la victoria de Kim es que por primera vez en la historia del PGA Tour dos jugadores nacidos en Corea ganan dos pruebas seguidas. La semana pasada se impuso Kevin Na en el The Greenbrier.
