Jack Nicklaus presenta el Memorial Tournament esta semana en el Muirfield Village, un campo que construyó cerca de su natal Columbus (Ohio)…
Nicklaus siempre ofrece una conferencia de prensa cada año antes del inicio del torneo.
En la de esta edición habló de sus proyectos en Rusia, del crecimiento de este deporte en el país báltico, del comunismo y del vodka…
Su trabajo en el diseño de campos de golf es ahora internacional. ¿Cómo puede mantener este ritmo?
Cuando jugaba al golf estaba fuera de casa 25 semanas al año. No tengo suficiente trabajo como para quedarme en casa e ir a la oficina todas las mañanas. En el último mes he hecho cuatro viajes internacionales. Francamente, no me importa. Es divertido.
Está construyendo campos de golf en Rusia. ¿Cómo se presentó esa oportunidad?
Tenían un proyecto de campo de golf que rechacé hace 20 o 25 años porque no quería formar parte de un régimen comunista. Cuando Rusia cambió y abrió sus puertas, acepté un proyecto que terminamos el año pasado. Tengo que construir dos campos más en Moscú.
¿Se ha convertido en un hombre de estado?
No sé si soy un hombre de estado, pero viajo a muchos estados.
Moscú planea construir 15 campos públicos. ¿Por qué se ha convertido Rusia al golf?
Quieren hacer con el golf lo que han hecho con el tenis. Quieren atraer a su juventud a las instalaciones públicas. Obviamente, están subvencionadas por el gobierno.
¿Qué satisfacción le da construir campos en la antigua Unión Soviética?
Cuando empezamos a ir allí, la mayoría de la gente era muy infeliz. Nunca sonreían. Ahora se han abierto. Son amigables y sus países son preciosos.
¿Qué tipo de campo de golf quieren?
Ese es el problema. Como no tenían golf, realmente no saben lo que quieren. Me he acostumbrado a oír a la gente pedir lo que quieren. Pero ellos sólo dicen '¿Qué debemos hacer?'
¿Cuáles son los desafíos culturales?
Yo no bebo alcohol. Cuando se firma un contrato en Rusia, el contrato viene con vodka. Firmamos algunos papeles y enseguida apareció el vodka. Vodka puro, sin nada. Yo me encontraba allí y pensaba, 'Este no es mi estilo. Me asusta'. Yo sólo me llevé el vaso a los labios y eso fue todo. Eso es la cultura. Es divertido formar parte de ello.
