Rod Pampling (-15) lidera con autoridad en el THE MEMORIAL una vez finalizada la tercera jornada. Así son las cosas en este deporte: Adam Scott (-12) asentó sus pies en la tierra después de los once birdies del viernes y con una vuelta al par mantiene sus opciones, pero ya no amenaza con pulverizar todos los registros del torneo.
Tiger tiene el récord con 269 (-19) golpes en este Muirfield Village de Jack Nicklaus, conseguido en el año 2000. Pero en 2007, Woods (-4) no ha sido capaz de poner en marcha la ‘maquina’ hasta el momento y ya se ve sin opciones de victoria. Al igual que en Sawgrass, parece que Tiger ha perdido ocasionalmente su magia en los greenes, porque está pateando mucho más de lo que es habitual en él. No anda cómodo el Tigre, así que se puede ir preparando todo el equipo técnico que le rodea para unas cuantas horas extras de trabajo antes del Open USA… Pampling, si mantiene la media exhibida hasta hoy, podría atacar esos -20 nunca vistos en este torneo, pero ya se ocupará Nicklaus de que su campo se defienda con uñas y dientes en la jornada dominical…
Sergio García (-5 en el puesto vigésimo séptimo) apretó (-3 en el día), pero necesitaba más birdies para apuntar a la cabeza. La gran noticia: el de Borriol es ahora mismo uno de los mejores en Muirfield con el putt en la mano, y ya sabemos lo que puede ocurrir cualquier día si Sergio anda inspirado en los greenes: vuelta estratosférica y a otra cosa. En esta tercera jornada, y en general durante toda la semana, anduvo irregular con los hierros, pero salvó con el putt varias situaciones delicadas. El golf, y más concretamente el circuito americano, ya no perdona una jornada por encima del par (la de Sergio el viernes) si aspiras a la victoria, pero el caso de García en Ohio es el de otros ‘desconocidos’ en este torneo: Woods, Furyk, Els, Donald, Singh, Casey… Todos ellos andan a la vera de Sergio en la clasificación, golpe arriba, golpe abajo. Por no hablar de los Weir, Di Marco o Wetterich, que ni siquiera pasaron el corte. Disculpen si a veces se nos va la mano con el instinto de protección hacia nuestros deportistas, pero conviene recordar de vez en cuando datos como estos para reconocer aún más los méritos y serenar las exigencias.
