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Casey, nirvana y paraíso

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Paul Casey. © Golffile | Brian Spurlock
Paul Casey. © Golffile | Brian Spurlock

“Ha sido uno de esos días en los que sencillamente no fallaba un golpe, y si lo hacía era al lado correcto. Uno de esos días en los que las líneas de los putts se me aparecían y el hoyo parecía más grande”. Muy de tanto en tanto escuchamos este discurso o uno muy similar. No es lo habitual, pero a veces ocurre. Y no sólo durante un rato, sino durante toda una vuelta, para regocijo del jugador en cuestión, que todavía subido a una nube nos lo está contando. “ha sido uno de esos días de puro disfrute, con grandes condiciones de juego”.

Esta vez, el sereno relato es de Paul Casey (-16), líder en solitario y destacadísimo del Travelers Championship después de firmar un 62 de seda en el TPC River Highlands de Cromwell, Connecticut. Seis birdies y un eagle que parecían ir cayendo por su propio peso, porque no había otro remedio, porque tenía que ocurrir así en un día así. Y 18 greenes en regulación, claro. Tic tac, tic tac, sólo era cuestión de tiempo tener de nuevo al inglés pateando para birdie en el siguiente green. Uno de esos días, como ellos dicen, en los que el jugador camina libre de ataduras e inseguridades. Puro nirvana del golf.

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Casey, una vez superada una lesión en la espalda que le ha tenido dos meses fastidiado (“el US Open es el primer torneo que jugaba sin dolor desde el Masters”, ha dicho), se ha salido del mapa y partirá con cuatro golpes de ventaja sobre Russell Henley (-12), su inmediato perseguidor, en la ronda definitiva, rumbo hacia su segunda victoria del año en el PGA Tour (ganó el Valspar en marzo) y la tercera de su carrera en este circuito.

Paul Casey con el trofeo de ganador del Valspar Championship 2018. © Golffile | Dalton Hamm
Paul Casey con el trofeo de ganador del Valspar Championship 2018. © Golffile | Dalton Hamm

Una historieta de zurdos en el Travelers

(((Aprovechando la coyuntura, abrimos un triple paréntesis tan oportunista como necesario, si es que de verdad queremos seguir entendiendo día a día cómo es este deporte. Las cuentas están bien: Casey tratará este domingo de ganar por tercera vez en el circuito más importante del mundo, ocasión pintiparada para valorar una vez más lo que ha hecho Jon Rahm hasta la fecha, con dos triunfos en el PGA Tour a sus espaldas, los mismos que este veterano y reputado jugador inglés que, eso sí, tiene un brillante palmarés con 13 victorias en el European Tour))).

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Un triunfo metería provisionalmente a Paul Casey en el equipo de la Ryder, aunque a Thomas Bjorn quizá sólo le baste con tener noticia de semejantes vueltas para incluirlo en sus cuatro elecciones. El inglés ya no tiene edad (cumple 41 el mes que viene) para irse por las ramas: reconoce que detrás de cada buen resultado, de cada buena ronda, aparece en su cabeza la Ryder Cup. Sabe que quizá sea su última oportunidad de defender a Europa después de diez años de ausencia en el equipo, aunque está arriesgando demasiado con el calendario, teniendo en cuenta que los puntos sumados en el circuito europeo se multiplican por 1,5 y que no está apuntado ahora mismo en las dos próximas citas de las Rolex Series, Francia e Irlanda.

En fin, tampoco podemos darle ya por ganador. El recorrido de Cromwell, evidentemente, abre la puerta de par en par a grandes registros y no hay que descartar que alguien pueda sorprenderle. Además del citado Henley, su compañero en el partido estelar, Lahiri, Holmes y Harman saldrán a cinco golpes, y Day, Bubba o DeChambeau lo harán a seis. Está en su mano, pero aún tiene que poner el broche.

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