Inicio Grandes Circuitos PGA Tour ¿Por qué lo de Tiger se puede considerar una gesta?
Se mete en la final de la FedEx Cup jugando sólo 17 torneos

¿Por qué lo de Tiger se puede considerar una gesta?

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Tiger Woods © PGA Tout
Tiger Woods © PGA Tout

No logró su ansiada victoria número 80 en el PGA Tour, pero Tiger Woods se marchó más que satisfecho del Aronimink Golf Club donde ayer lunes se completó la cuarta y última ronda del BMW Championship. El californiano, con una muy buena tarjeta de 65 golpes, cerró su participación en el torneo empatado en el sexto puesto, a tres golpes del ganador, y lo que es más importante: certificó su regreso al TOUR Championship por primera vez desde el año 2013.

Para meterse en la gran final de la temporada del circuito estadounidense, Tiger sólo ha necesitado 17 torneos. Una cifra realmente baja si además tenemos en cuenta que comenzó el año sin saber ni cuánto ni cómo podría jugar. Sólo Koepka, ganador de dos majors, se ha metido en el TOUR Championship jugando menos que Woods (16 torneos), lo que habla bien a las claras de la solidez del californiano.

Justin Rose, por ejemplo, ha jugado el mismo número de torneos que Tiger, pero logrando dos victorias. Y McIlroy, una. Sólo nueve de los 30 golfistas que estarán en el último playoff de la FedEx Cup de 2018 lo harán sin haber ganado ningún evento esta temporada, y Tiger es uno de ellos. Y por delante sólo tiene a Finau, Cameron Smith, Schauffele y Fleetwood con el mismo hándicap.

Así, no extraña que Tiger se sienta más que satisfecho con lo certificado ayer: «Fue uno de los grandes retos que me marqué al comienzo del año y haberlo podido conseguir es algo que me hace sentir orgulloso». No es para menos, porque el de este lunes fue su sexto top 10 en sus 17 últimos torneos en el PGA Tour, escalando así hasta el 20º puesto en la clasificación de puntos de la FedEx Cup y el 21º en el ranking mundial.

«Haber tenido la oportunidad de ganar otra vez este año es una sensación muy positiva para mí. Si hubiera hecho algunos putts mejores esta semana el resultado final podría haber sido diferente», explicó Woods. Además, detalló en qué había empleado su tiempo durante las muchas horas de espera por el aplazamiento de la última ronda por la lluvia: «Recibí un tratamiento de fisioterapia y vi mucho fútbol».

Meterse entre los 30 primeros de la FedEx Cup, además de permitirle cumplir su gran objetivo para este año y estar dentro de nueve días en el East Lake Golf Club de Atlanta para jugar la gran final del circuito, otorga a Tiger una exención para disputar el US Open del próximo año en Pebble Beach, un campo que le trae fantásticos recuerdos.

Fue allí donde el californiano logró una de sus tres victorias en el torneo, en el año 2000, estableciendo un espectacular récord de 15 golpes de ventaja sobre los segundos clasificados (uno de ellos, el español Miguel Ángel Jiménez). «No tendré que pedir una invitación para ir», aseguró Tiger tras conocer que entraba directamente en el field del major.

Woods, que atraviesa un gran momento de forma (16 de sus 29 últimas rondas han estado por debajo de los 70 golpes), cuenta con una exención de por vida para el Masters y puede jugar el The Open Championship hasta los 60 años de edad. Además, ya está clasificado también para el WGC de México.

«He trabajado muy duro y con paciencia. Mi cuerpo ha cambiado drásticamente desde que comencé. Estoy tratando de acostumbrarme al material y a los cambios porque mi swing también está cambiando», reconoció. Ahora, sus miradas se centran en Atlanta, «un logro bastante bueno», y cómo no, en la Ryder Cup de París, a final de mes, donde estará presente formando parte del equipo estadounidense como una de las elecciones personales de su capitán, Jim Furyk.