Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Rahm, la leyenda negra de Sawgrass y el golpe suicida

Rahm, la leyenda negra de Sawgrass y el golpe suicida

Compartir
Jon Rahm.
Jon Rahm.

El liderato en el THE PLAYERS es una patata caliente y Jon Rahm ha sido el último en quemarse las manos con ella. El golfista del Barrika se ha convertido en la última víctima de una leyenda negra que azota al primero de la clase en Sawgrass desde 2007.

Ningún líder o colíder del torneo en la ronda final ha logrado bajar de 70 golpes un domingo desde esa fecha y han desfilado nada menos que 17 jugadores diferentes por esa posición. No, no es una casualidad. Es tendencia. El primer puesto en Sawgrass después de 54 hoyos es como la silla eléctrica.

El primer puesto en Sawgrass después de 54 hoyos es como la silla eléctrica

La media de golpes del domingo de los que llegaron como líderes del torneo es de 75. Jon hizo 76. Un martirio. Pero hay más. El acumulado de todos ellos en los últimos doce años es de +51. Alguno, pese a todo, consiguió ganar el torneo, como fue el caso el año pasado de Webb Simpson, pero realmente se debió a que su ventaja ya era muy grande.

CRÓNICA | EL CHICO DE ORO

Hay tres momentos que marcan la última ronda de Jon en el Stadium Course. Uno de ellos fue el arranque, los tres bogeys en los primeros cuatro hoyos, comenzando con un tripateo en el hoyo 1. Obviamente, aún quedaban muchos hoyos por delante y el español demostró una enorme capacidad de recuperación, pero ahí perdió una oportunidad de haber puesto tierra de por medio con algunos rivales y haber eliminado enemigos. Por ejemplo, Rory McIlroy reconoció tras levantar el trofeo que se sorprendió gratamente cuando comprobó después de hacer doble bogey en el hoyo 4 que no se había descolgado en la clasificación y que esto le sirvió de aliciente.

El otro momento clave es la decisión que toma en el hoyo 11. Desde fuera, apoyado en las cuerdas con unos prismáticos disfrutando de un alegre paseo por Sawgrass, o desde el sillón de la tele, es muy fácil decir que fue un suicidio. Parece demasiado arriesgado e injusto cargar las tintas por esta decisión, aunque fuera en contra del criterio de su caddie, Adam Hayes.

Así vivimos golpe a golpe un domingo memorable en el THE PLAYERS

Hay que estar en ese búnker, ver lo que vio Jon y sentir lo que él sintió para entender qué le pasó por la cabeza. Claro que pudo ser un error, seguramente lo fue, y Jon será el primero en analizarlo y sacar conclusiones, pero si algo ha demostrado Jon en los últimos tiempos, prácticamente en toda su carrera, y especialmente en la ronda final de Sawgrass, es que no es un jugador suicida.

Valgan estos dos ejemplos para apoyar este argumento. Un golfista suicida seguramente habría tirado a la bandera en el hoyo 7 después del golpazo que dio en el 6, donde hizo el primer birdie del día. Sin embargo, desde el centro de la calle, buscó la zona segura de green. Por ejemplo, McIlroy, que también hizo su primer birdie en el 6, sí se lanzó por el trapo en el 7 y salió escaldado con bogey. Y en el 9, pese a que todos estaban intentando llegar de dos para dejarse una opción de eagle, Jon no cambió la estrategia inicial y optó por jugar corto y buscar el birdie de tres pese a estar en calle.

VÍDEO | Vegas emboca el putt más largo del 17 desde 2003: ¡¡21 metros!!

Lo del 11 fue un golpe con mucho riesgo, obviamente. Muy difícil, sí. Pero Jon no lo habría hecho de no estar convencido de que podía llevarlo a cabo. Simplemente no le salió… Igual de ‘locos’ fueron, por ejemplo, el segundo golpe de Rory en ese mismo 11, desde una posición parecida, el segundo en el 15, desde el búnker o el segundo en el 16, desde el rough… y con el agua esperando a la derecha. Pero a Rory le salió y hoy se le llama genio con razón. Es la delgadísima línea en la que se mueven los jugadores que van sobrados de talento. Pudo equivocarse Jon, por supuesto, pero de ahí a tildarlo de suicidio media un abismo.

Claro que pudo ser un error, seguramente lo fue, y Jon será el primero en analizarlo y sacar conclusiones, pero si algo ha demostrado Jon en los últimos tiempos, prácticamente en toda su carrera, y especialmente en la ronda final de Sawgrass, es que no es un jugador suicida

Y la tercera clave y, seguramente, la más importante es que después del error en el hoyo 11 no volvió a cazar ninguna calle hasta el 18. Su mejor palo, el driver, su gran aliado, lo dejó de lado en el momento de la verdad. Se había recuperado con un birdie genial en el 13, pegando uno de los mejores golpes del día en ese hoyo, recuperando el coliderato, y era el momento de seguir manteniendo el ataque sostenido… Pero las salidas en el 14, 15 y 16 se lo pusieron imposible. La bola al agua en el 17 fue simplemente la guinda negra de la jornada, ya que en ese momento ya no tenía opciones de victoria.

Conviene recordar que, pese a las seis victorias que lleva Rahm entre el PGA Tour y el European Tour, ayer fue la primera vez que salía como líder o colíder en un torneo de esta envergadura. Se llama aprendizaje. Y Jon lo hace mejor que nadie.

2 COMENTARIOS

  1. Estoy de acuerdo con todo el articulo,pero el hoyo 11 no me parece logico arriesgar tanto cuando vas lider o muy cerca del liderato.otra cosa es cuando vas atras y tienes que recuperar golpes.en cuanto a rory esta vez le ha salido bien pero tambien arriesga demasiado.los dos son unos genios pero podrian ganar mucho mas teniendo mas cabeza.

    • Al contrario de lo que pueda parecer creo que jugó con cabeza.Sabía que le hacían falta birdies para ganar. No estaba fino y solo quedaban el 11 y el 16 como oportunidades claras de birdie. Con el Drive se estaba yendo para todas partes y así difícil coger el 16 de dos.

      No es lo mismo ser suicida que valiente, saber que vas a morir que creer firmemente que puedes hacerlo.

Comments are closed.