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Jon no gana pero se deja el alma en el intento…

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Jon Rahm.
Jon Rahm.

Jon Rahm (-9) lo hizo todo, o casi todo, para ganar el DEAN&DELUCA Invitational. Jugó una vuelta de libro, presionó hasta donde le llegó el alma a Kevin Kisner y se fue dejando opciones de birdie una detrás de otra. Sin embargo, y esto también pasa en golf cada semana, no pudo ganar. Acabó segundo a un golpe de Kisner (-10), empatado con Jordan Spieth y Sean O’Hair.

El juego largo de Rahm en el revirado Colonial Country Club fue un cursillo acelerado de precisión y potencia. Su vuelta debería ponerse en las escuelas de golf. Precisión de relojero en una calles estrechas y unos greenes muy pequeños (casi el 90 por ciento de greenes en regulación). Será quizá por el origen suizo de su apellido. Quién sabe.

La realidad es que sólo le faltó meter un par de putts más para derrocar a Kevin Kisner, curiosamente su compañero de partido. Kisner sí que estuvo caliente con el putter. Esa fue la única diferencia. Jon jugó para haber ganado fácil con un total de -11 ó -12, pero sus putts, bien tirados en su mayoría, iban lamiendo hoyos y haciendo regates imposibles con tal de no caer al agujero. Mientras, Kisner veía los hoyos como piscinas. Así es el golf.

Poco o nada se puede reprochar Rahm este domingo. Nos ha vuelto a hacer vibrar a todos con un juego espectacular, agresivo, sin temor y repleto de imaginación. Llegando al 18 con vida. Apretando en el 18. Y sucumbiendo sólo y únicamente en el 18, teniendo él la opción de ir a playoff. Para el recuerdo quedará ese golpe fabuloso en el hoyo 17, describiendo un ‘slice’ galáctico para acabar a metro y medio del hoyo y hacer el birdie.

Rahm apretó y apretó. Hasta se dejó una opción de birdie muy clara de unos tres metros en el hoyo 18, el más difícil de Colonial, para forzar el desempate con Kisner, pero, cómo no, la bola acabó burlando al hoyo por la parte baja. Cruel. Sin duda, se había merecido el triunfo, pero al menos se había hecho acreedor sobrado de salir a playoff.

El desenlace del torneo fue muy emocionante. Webb Simpson mandó en la primera mitad de la ronda final hasta que Kisner embocó tres putts seguidos de birdie muy buenos en los hoyos 10, 11 y 12. Cambiaba el jefe. Jon ya sólo tenía que controlar al que llevaba al lado. Como si fuera fácil…

Mientras, Jordan Spieth, apoyado por hordas de seguidores en su Texas natal venía cargando con una vuelta sensacional libre de bogeys. Fue el primer líder serio en la casa club, con un resultado total de -9. Después, también llegaría a ese guarismo Sean O’Hair. Todo se apretaba y un nudo se ponía en la garganta de Kisner.

En el hoyo 17 Rahm produjo un golpe de alta escuela. Sí, el ‘slice’. Son golpes que ganan torneos. Kisner, de repente, sintió toda la presión del mundo. Spieth ya estaba -9 y su compañero de partido también le echaba el aliente en el cuello a falta de un hoyo. Por si fuera poco, veía a Rahn pegar una salida espectacular en el 18, a la calle. Con toda la presión, el líder no aguanta y falla el drive por la derecha. Tiene suerte, va a la zona de público y tiene tiro. Aún así, el par no está hecho, ni mucho menos. Su segundo golpe no caza green, se va largo, pero hace approach (pateó desde la zona de escape) y putt (el de par tenía un compromiso de un metro) para acabar en doble dígito y ganar el torneo. Jon se quería comer con patatas el putter cuando vio que su putt de birdie se escapaba por los pelos. Se había merecido al menos el desempate, pero así es el golf.

Rahm suma a su colección otro torneo más llegando al último hoyo con opciones de ganar. Es imposible que no quede un pequeño sabor amargo porque la victoria estuvo muy cerca, pero lo que hace este joven jugador de Barrika una semana sí y otra también es absolutamente prodigioso.

El ordenado Kisner ha logrado en Colonial el segundo triunfo de su carrera. Seguramente, este jugador norteamericano tiene juego de sobra para tener alguna victoria más en su palmarés, pero no es fácil ganar en el PGA Tour, por eso tiene tanto mérito la cantidad de veces que ya se ha puesto en esta tesitura Rahm y sólo estamos en su temporada de rookie. Jon, además, asegura con este segundo puesto meterse en el top ten mundial.

Sergio García (-3) no tuvo su mejor domingo. Hizo 71 golpes y se dejó algo de terreno, aunque acabó a sólo un impacto del top ten. El de Borriol, sin estar fino, está también cada semana en la zona alta de las clasificaciones. Consulta aquí los resultados finales.