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Ryuji Imada y la bola que rebotó en el árbol

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El japonés Ryuji Imada se adjudicó el AT&T Classic que concluyó ayer en el TPC Sugarloaf de Duluth (Georgia)…

La victoria de Imada, su primera en el circuito desde que se hiciera profesional en 1999, no supone realmente una sorpresa. El japonés ya había presentado sus credenciales en lo que va de año con dos segundos puestos (Buick Invitational y PODS Championship) y cuatro top-10 en los trece torneos que había disputado este año.

El final en Georgia no estuvo exento de drama y en ocasiones pareció más producto de los avatares del destino que de otra cosa.

Ryuji Imada estaba en la casa club con –15, eliminando así la posibilidad de que el colombiano Camilo Villegas, que había terminado con –14 gracias a una extraordinaria tarjeta de 66 golpes con cinco birdies en los últimos siete hoyos, participara en un posible playoff. En el último grupo llegaba Kenny Perry, que necesitaba de un birdie para ganar. A Perry le quedó un putt de birdie de nueve metros que debía caer a la izquierda, pero que finalmente dobló a la derecha: el playoff estaba servido.

Imada ya había jugado y perdido un playoff en el Sugarloaf contra Zach Johnson en el 2007. "Este campo me debe una", había repetido en más de una ocasión durante los cuatro días de competición.

Una vez en el playoff, Imada sacó el 2 del sombrero y Perry salió primero del tee del 18. Su drive, de 295 yardas, fue superado por el de Imada de 307. Perry tiró su segundo golpe a green, pero quiso asegurarse de que no se iba al agua que flanqueaba el lado izquierdo del green. La bola de Perry golpeó con fuerza en un árbol, atravesó rauda el green y se fue derechita al agua. En la confusión del golpe, Perry había perdido de vista su bola y los gritos del público se prestaban a múltiples interpretaciones. "¿Dónde está?", repetía incrédulo Perry. "¡¿Dónde está?!". 

Imada tampoco sabía que había pasado. Unos le decían que Perry la había dejado dada. Otros le aseguraban que estaba en el agua. Al final, esperó pacientemente a que le llegara la confirmación de que el norteamericano se había ido al agua y jugó a amarrar. A pesar de todo, Perry tuvo un putt de cinco metros desde el lado opuesto al que tiró en el hoyo 72. En esta ocasión la bola cayó hacia donde debía y tampoco consiguió meterlo. "¿Qué le vamos a hacer?", declaraba un cariacontecido Perry a la salida del 18.

Imada sonreía satisfecho tras su primera victoria en el circuito americano. "Nunca he creído en el destino", confesaba el japonés. Y tras una breve pausa para recordar el rebote de la bola de Perry en el árbol, concluía: "Pero estoy empezando a creer".

Ryuji Imada lleva ganados en lo que va de año más de dos millones de dólares, ocupa la tercera posición en la FedExCup tras Tiger Woods y Phil Mickelson, y con su victoria se ha ganado una invitación para jugar el año que viene en un campo muy cercano al TPC Sugarloaf de Georgia: el Augusta National.