Tiger Woods mantiene bajo control su juego y su adrenalina. Se siente cómodo, a gusto, muy contento de cómo le está pegando a la bola y feliz de poder jugar un fin de semana con opciones de volver a ganar un torneo. No niega la realidad, sabe que está en la pelea, pero tampoco lanza las campanas al vuelo. Está escarmentado. Se emociona lo justo y sigue fiel al discurso de perfil bajo, agarrando por el cuello y sometiendo unas expectativas que el resto del mundo ya ha disparado. Es un Tiger paciente y seguro, y eso es seguramente lo que le hace más peligroso que nunca. La gran demostración fue su tirazo en el hoyo 17, el más difícil del día, tras encadenar doble bogey y bogey. Aquí tienen su análisis…
El balance de otra durísima jornada… “Un día muy difícil en todos los aspectos. El viento está soplando con fuerza y es muy difícil meter putts. Con este viento, incluso cuando estás en la calle, es muy difícil dejar la bola cerca. Y cuando estás a una distancia más o menos de birdie, es muy difícil meter putts, así que realmente cuesta un mundo hacer resultado en un campo así. Incluso cuando pegas un wedge, es muy fácil fallar el green y acabar en una de las zonas de escape”.
«Con este viento, incluso cuando estás en la calle, es muy difícil dejar la bola cerca. Y cuando estás a una distancia más o menos de birdie, es muy difícil meter putts»
La dificultad va más allá de la intensidad del viento… “No sólo es que esté soplando el viento fuerte, sino la dirección del viento. Los pares 3 (hoyo 15 y 17) con el viento en contra son realmente complicados. Igual debería haber elegido tres campos algo más fáciles para volver que Torrey Pines, Riviera o PGA National, pero estoy contento de donde estoy y donde está mi juego”.
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«Me siento muy cómodo, pegando muchos buenos golpes, controlando el vuelo de mi bola. Veo que todo mi juego está bastante ordenado»
Así describe su mejor golpe del día… “En el hoyo 17 estaba entre palos. No sabía si pegar el 5 o el 6. Si pegaba bien el 5 sabía que me pasaba, pero si pegaba el 6 y venía una ráfaga me podía ir al agua, así que decidimos pegar el cinco abriendo… Y salió perfecta”.
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Feliz, pero prudente… “Lo mejor es que estoy metido en el torneo a falta de 36 hoyos, a cuatro golpes. No me fijé en si estaba décimo o en qué puesto, lo que sí pensé es que en estas condiciones nadie se iba a escapar. Me siento muy cómodo, pegando muchos buenos golpes, controlando el vuelo de mi bola. Veo que todo mi juego está bastante ordenado. Suelo jugar en esta zona y en este campo, aunque obviamente no está preparado tan difícil, pero sí estoy acostumbrado a este viento”.
«Con los greenes así, incluso alguien que esté ahora mismo +4 tiene unas opciones muy reales de victoria»
Opciones reales de victoria… “Cualquiera puede ganar el torneo. Está todo muy abierto. Yo siento que estoy en una posición en la que puedo lograr la victoria. Tengo una oportunidad. Quedan dos días muy difíciles por delante donde los pares serán buenos. Va a estar todo muy igualado y prácticamente cualquiera que haya pasado el corte tiene opciones de ganar. Si los greenes estuvieran bien, sería otra cosa, pero con los greenes así, incluso alguien que esté ahora mismo +4 tiene unas opciones muy reales de victoria”.
«Creo que la mayoría de las personas que están aquí en el hoyo 17 son golfistas y entienden lo difícil que es. Están siendo respetuosos. Mientras no griten cuando estás haciendo el swing, todo es perfecto»
La comparación entre el hoyo 17 del PGA National y el 16 de Phoenix… “Otros jugadores me han dicho que en Phoenix este año el público gritaba en el hoyo 16 e intentaban cronometrarlo. Bueno, realmente no hay ninguna razón para hacer eso. Creo que la mayoría de las personas que están aquí en el hoyo 17 son golfistas y entienden lo difícil que es. Están siendo respetuosos. Mientras no griten cuando estás haciendo el swing, todo es perfecto. Es divertido”.
