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analizamos la vigorosa reacción de los de darren clarke en los fourballs vespertinos que ha puesto la ryder a mil

A todos los de azul y dorado se les puso cara de líderes

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– Europa no le ha dado la vuelta al cotarro como a un calcetín, que eso era mucho pedir, pero casi. Ha hecho algo más que meterse en faena. Espléndida la reacción de los de Clarke, ahora sólo 5-3 abajo tras el mamporro matutino (3-1 a su favor en los fourballs de la tarde), con protagonismo estelar de una nueva pareja española para la historia de la Ryder, Sergio y Rafa. Aunque la acción y reacción fue conjunta, hombro con hombro. Una carga cerrada de caballería. Salvo alguna excepción, a todos los muchachos de azul y dorado se les ponía por la tarde cara de líderes, fueran jóvenes o no tanto, veteranos o novatos, rubios y morenos.

– ¿Qué pasaba en Hazeltine? Antes incluso de que los partidos de la tarde fueran tiñéndose de azul andaba el gentío más expectante que embravecido, salvo los patosos de toda la vida, que haberlos, haylos, y que confunden la bravura con la falta de educación. En fin. El caso es que se ha cortado la hemorragia y el sábado comienza una tercera Ryder. Y las que quedan.

– Jordan Spieth y Patrick Reed ganaban con birdie el primer hoyo de los fourballs de la tarde a Stenson y Rose. El show debía continuar, pensaron. Algunas horas después habían sido borrados de la faz de Hazeltine. El rodillo anglo-sueco los aniquiló: hasta nueve birdies en los catorce hoyos que consumió el partido. A lo tonto, Rose sumaba cuatro birdies, casi como quien no quiere la cosa, o al menos eso parecía ante el despliegue acorazado de Henrik, que avanzaba por las verdes praderas de Chaska en modo Troon. Una barbaridad.

– A Rafa Cabrera Bello el tee del 1 no le hizo ni cosquillas. Mandaba la bola al mismísimo centro de la calle. El canario cerraba acto seguido su primer hoyo en una Ryder Cup con un birdie de libro, sin despeinarse. Después cerraría su primer partido con un punto de oro jugando junto a Sergio. ¿Algún deseo más por cumplir, Rafa? Probablemente sí, agarrar  la copita dorada de Don Samuel. El partido de García, para enmarcar: preciso, oportuno, paciente y mágico. Muy relajado junto al canario, que por otro lado también aportaba birdies y un permanente colchón de seguridad, como hacen los sabuesos del match play. «Una roca», como lo definía Sergio al finalizar. Además, Cabrera Bello sacaba adelante una situación desesperada en el hoyo 7 después de irse los dos al agua. Un par con aroma a eagle. A la postre, aquella acción quizá fuera decisiva.

– No es la Ryder de Kaymer, por el momento. Ni un solo birdie en unos fourballs es un lastre demasiado pesado. Willett azuzaba la brasa con dos purazos, pero no eran antídoto eficaz contra el veneno de Snedeker en los greenes. Por si acaso, Koepka rellenaba los huecos que dejaba su compañero. Infranqueables. Un 5 y 4 final de una lógica aplastante.

– Clarke aún no ha podido recuperar a Kaymer, pero sí a Pieters. El belga cargaba con naturalidad y durante muchos hoyos con el peso de la pareja, aunque al final era McIlroy quien cerraba la puerta a Dustin Johnson y Matt Kuchar con un eagle de dibujos animados. Dustin  parece algo mustio, pero luego se pone uno a sumar y resulta que el de Carolina había enchufado cinco birdies. Le ha faltado mayor asistencia de su compañero. Rory, por cierto, marcha enfurecido por el campo. Celebra como nunca y canta los birdies con vehemencia y decibelios. Es lo que toca, por otra parte. A seguir remando.

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