Inicio Ryder Cup Estados Unidos revienta a Europa en los greenes
el equipo de davis love III hizo buena su ventaja y la aumentó en los individuales con un acierto brutal con el putter en las manos

Estados Unidos revienta a Europa en los greenes

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– Estados Unidos ha ganado la 41ª edición de la Ryder Cup en Hazeltine (17-11) y lo ha hecho por derribo en una última jornada de individuales muy favorable (7,5-4,5). No hubo milagro europeo, como hace cuatro años en Medinah, aunque los de Clarke vendieron la piel más cara de lo que seguramente dice el abultado resultado final.

– Y si se dice que los de Davis Love III han ganado por derribo es porque han machacado a sus rivales en los greenes. Sin pausa ni piedad. Green a green, putt a putt. Ya podía llamar a la puerta uno de azul dejándola más cerca de bandera que enseguida aparecía uno de rojo y te embocaba un putt de cuatro o cinco metros con la misma naturalidad que se emboca uno de metro y medio. Si no se ve, no se cree. Pero así fue. Qué decir entonces de los putts de dos metros… Patrick Reed los metía como si estuvieran dados. Y no sólo él.

– El plan de Clarke se quedó a medias. Pasaba por asegurar al menos tres puntos y medio en los cuatro primeros partidos, pero sólo se sumaron dos, el de Stenson ante Spieth (imperial el sueco), y el de Pieters ante Holmes (magistral el joven belga). Reed mantuvo un punto más de lucidez que McIlroy en un partido que comenzaba con una intensidad imposible y luego iba desinflándose. Lucidez y lo dicho: putts, putts y más putts a la cazuela. En el caso de Rose y Fowler, más de lo mismo: el inglés jugó mejor de tee a green, pero no enchufó nada.

– Los dos españoles, Rafael Cabrera Bello y Sergio García, fueron junto a Pieters lo mejor del bando europeo en la jornada decisiva. El canario se ha puesto él solito los galones. Le pesan los brazos de tantos que se ha colocado. Qué manera la suya de ridiculizar el concepto de novato. Para redondear una Ryder inmensa (imbatido, con 2,5 puntos de 3 jugados) liquidaba al ganador del PGA Championship, Jimmy Walker, con nocturnidad y alevosía, sin soltar las riendas un solo momento, con un control de la situación que asustaba.

Sergio, por su parte, protagonizaba junto a Phil Mickelson el mejor partido de esta edición de la Ryder. El mejor sin discusión. Diecinueve birdies entre los dos y un solo bogey, de Phil, para acabar con un merecido empate, por frustrante que fuera. Lefty, como la gran mayoría de sus compañeros, embocó hasta hartarse putt de media y larga distancia, los suficientes para igualar el juego del español, un punto o dos por encima. El de Borriol ha jugado esta semana mucho más y mejor de lo que nos cuentan los dos puntos que ha ganado.

– Por detrás, y sin la ayuda de los fantasmas de Medinah, que se quedaron a las afueras de Chaska, casi todos los partidos fueron cayendo del lado estadounidense. Westwood remataba su semana maldita, dejando escapar una ventaja de 2 arriba a falta de tres hoyos (perdió los tres últimos), mientras Kaymer, todo coraje, levantaba un 3 abajo para superar a Kuchar y evitar un resultado aún más feo.

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