Inicio Ryder Cup La frase de Rory que provocó la ovación del equipo
Europa no pone al público de excusa y pide que no haya represalia alguna en Francia

La frase de Rory que provocó la ovación del equipo

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Europa se marcha de Hazeltine escocido por la derrota, pero con la cabeza alta. A nadie le gusta perder, y mucho menos a un equipo que está acostumbrado a ganar, con seis triunfos en las siete Ryder Cup precedentes. Sin embargo, no hubo una mala cara, ni un amago de excusa, ni un reproche al capitán o a algún compañero, ni siquiera existió tentación alguna de agarrarse al comportamiento del público para echar tierra sobre el triunfo americano. Señorío y deportividad. Llegaron a Chaska como caballeros y se van como caballeros.

El mejor ejemplo de este comportamiento exquisito se vivió en la última comparecencia ante los medios, con el equipo al completo, los doce jugadores, el capitán y los cinco vicecapitanes. El periodismo no se anduvo con rodeos. La primera pregunta: «Viendo el comportamiento del público, realmente desagradable, especialmente el sábado, cualquier podría esperar una especie de represalia o venganza dentro de dos años en París…». Tomó la palabra Rory McIlroy, el líder, el jefe del equipo.

«Primero y de aquí en adelante para que todo el mundo lo sepa. Nosotros no vamos a recomendar ninguna represalia. Nosotros no somos así. Nosotros no hacemos esto». El equipo al completo interrumpió al norirlandés con una ovación cerrada. Es el espíritu que reina en Europa. Animar, sí, dejarse la garganta sí, pero traspasar los límites, nunca. Siempre podrá haber algún metepatas, pero lo que tienen claro es que jamás será alentado, justificado o impulsado desde el equipo.

McIlroy prosiguió: «Queremos dejar estoy muy claro. Nosotros queremos jugar la Ryder Cup de la manera como debe ser jugada, es decir doce jugadores de Europa, con su capitán y vicecapitanes, contra otros doce de Estados Unidos, con su capitán y sus vicecapitanes. No tenemos problemas con nadie del otro equipo y realmente, respecto a al público norteamericano, el 95% es fantástico, lo demás es una minoría muy pequeña.

Nosotros jugamos una semana sí y otra no en el PGA Tour y los aficionados no pueden ser más agradables con nosotros. Nos animan como si fuéramos de ellos, sin embargo esta semana, en algún momento, la cosa ha ido demasiado lejos. Por otro lado, no es tan extraño. Cuando llegas a las 7.35 de la mañana ya hay aficionados con una cerveza en la mano y los partidos no acaban hasta las cinco de la tarde. Sinceramente, en esas condiciones tampoco sé lo que yo estaría diciendo. Es lo que hay, algún aficionado traspasó la línea, pero hay que mirar hacia adelante y no vamos a alentar a que pase nada parecido en Francia en dos años», explicó rotundo McIlroy.

La actitud de Europa ha sido completamente conciliadora. Al revés, no sólo no calientan al público para 2018 sino que echan agua fría al asunto con bromas. En este sentido, Westwood señaló que «la actitud del equipo americano ha sido impecable. Han intentado callar a los que insultaban y creo que ellos mismos se han sentido incómodos con lo que ha pasado. Por otro lado, el sábado a mí alguien del público me llamó zurullo, algo que no me había dicho desde que tenía doce años… y la verdad, me sentí muy joven», señaló entre risas.

Para zanjar el asunto, Darren Clarke terció de nuevo en favor del equipo norteamericano. «Yo he estado yendo de un partido a otro, moviéndome por el campo, observando todos los partidos, y la realidad es que todos los miembros del equipo americano han tratado de calmar a los pocos idiotas que estaban ahí fuera. Queremos mostrar todo nuestro respeto a Davis Love III, sus ayudantes, el equipo y los caddies por cómo nos han tratado».

En este sentido, hay que destacar que el ambiente del domingo muy mucho mejor que el del sábado por la tarde, donde las pulsaciones se dispararon y también el marcador estaba mucho más apretado. En la jornada de individuales sí se tomaron medidas por parte de la PGA de América. Se colocaron carteles pidiendo a los marshals que si observaban algún comportamiento inadecuado por parte de algún espectador fuera inmediatamente expulsado. Algo sí se podía hacer y, desde luego, la medida surtió efecto.

Sea como fuere, la realidad es que Europa se marcha con la cabeza alta de Hazeltine, muy por encima del comportamiento de algunos seguidores y dando ejemplo de señorío y deportividad.