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Noren, la Ryder, y las relaciones tormentosas con el Golf National

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Le Golf National.
Le Golf National.

Aunque ya venía apuntando alto en este 2018, Alex Noren acaba de dar el gran ‘salto Ryder’. Ahora ya es protagonista principal en la enconada lucha por la clasificación en el bando europeo. De hecho, el tercer puesto en el WGC Dell Match Play lo ha situado a las puertas del equipo por la lista del ranking mundial. Además, ha confirmado las ‘sospechas’ de Thomas Bjorn, el capitán, que ya tenía su nombre subrayado entre los candidatos a las cuatro elecciones que en su momento tendrá que hacer, siempre que el sueco se mostrara en forma, como así está ocurriendo hasta la fecha.

Alex Noren en el WGC Dell Match Play 2018. © Golffile | Ken Murray
Alex Noren en el WGC Dell Match Play 2018. © Golffile | Ken Murray

Noren, como otros muchos, está luchando por jugar su primera Ryder Cup. Con 35 años cumplidos aún no lo ha conseguido y este es su momento, sin lugar a dudas. Sus números en el Golf National francés, un dato que en caso de duda también mirará Bjorn con detenimiento, eran realmente pobres: en sus primeras siete apariciones en el Open de Francia había fallado cuatro cortes y su mejor resultado era un puesto 15º en 2012. Sin embargo, hasta en este apartado Noren ha ganado puntos en los últimos tiempos, pues acabó 8º en 2016 y 10º en 2017, llegando en ambos casos a la última jornada con alguna opción de victoria…

Y es que esa es otra: ¿cuál es el rendimiento de los posibles componentes del equipo europeo en el Golf National galo, sobre todo los de aquellos que de momento no están metidos en el equipo? En este sentido Rafa Cabrera Bello, que ahora mismo está fuera, tiene cierta ventaja sobre otros candidatos, siempre y cuando no se metiera en el equipo por sus propios medios, porque el canario ha pasado los últimos cinco cortes y acumula dos top-5 en sus dos últimas apariciones: fue 5º en 2015 y 4º en 2016. Tommy Fleetwood, eso sí, destroza cualquier baremo de regularidad y objetividad: ganó la última edición del Open de Francia (2017) después de haber fallado siempre el corte en sus anteriores apariciones…

Tommy Fleetwood, ganador del Open de Francia 2017. © Golffile | Thos Caffrey
Tommy Fleetwood, ganador del Open de Francia 2017. © Golffile | Thos Caffrey

A Matthew Fitzpatrick, por lo que se ve, no se le da demasiado bien el Golf National, pues ha fallado el corte en sus tres últimas apariciones. Y seguramente Bjorn anda muy pendiente de cómo le van las cosas este año a Graeme McDowell, en primer lugar porque recuperar al mejor G-Mac sería algo más que un valor añadido, por su experiencia y por el rendimiento y la actitud en anteriores ediciones de la Ryder, pero además porque ganó en el Golf National dos veces seguidas (2013 y 2014), si bien desde entonces no ha vuelto a pasar un corte…

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Quiere esto decir, entre otras cosas, que el recorrido galo es un campo que no te permite esconder ni parchear: el que no está bien cuando llega la cita lo suele pagar muy caro y precisamente McDowell lleva casi tres años (2015-18) en busca de su mejor versión. De momento no la ha encontrado: ahora mismo se encuentra lejísimos en cualquier de las listas de la clasificación Ryder y hundido en el ranking mundial, en el puesto 209, unas cotas que no pisaba desde hace quince años.

Las relaciones de los jugadores con el Golf National suelen ser por tanto tormentosas, precisamente porque no admite medias tintas. Paul Casey ha jugado allí dos veces, en una se quedó fuera del corte y en otra se metió en el top ten; Hatton, virtualmente clasificado para la Ryder 2018, fallaba el corte en 2017; Paul Dunne lo fallaba en 2016, pero acababa 13º en 2017; Jorge Campillo alterna buenas actuaciones (fue 18º en 2013 y 15º en 2015) con algunos cortes fallados (años 2012, 2014 y 2017); Ross Fisher es de los más regulares (en sus última cuatro apariciones pasaba el corte y el año pasado terminó 7º), Al igual que Joost Luiten, que ha pasado el corte en sus últimas cinco presencias en el Open de Francia y fue 9º en 2016… Por no hablar de Pablo Larrazábal, que ganó el Open de Francia en 2008 y volvía a asomarse por arriba precisamente en 2017 (16º) después de seis ediciones disputadas tras su victoria con más sombras que luces (cuatro cortes fallados).

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