– Estados Unidos ha vuelto a poner la Ryder de su lado con nitidez gracias a un parcial de 3-1 en los fourballs del sábado por la tarde (9,5-6,5). La figura de Patrick Reed se ha elevado sobre el resto, porque él solito (Spieth apenas aparecía) liquidaba a Rose y Stenson (2 y 1). Siete birdies y un eagle producía la criatura para parir el punto. Después de verlo de nuevo en acción hay que valorar todavía más el medio punto que sacaban por la mañana Sergio y Rafa.
– Europa tiene la estadística en contra: milagros como el de Medinah (algo parecido necesita) no son frecuentes. Pero al mismo tiempo tiene a su favor el recuerdo reciente de aquello. O sea, que es posible.
– ¿Lo es realmente? Honradamente, ahora mismo no lo parece. Westwood ha mejorado respecto al viernes, pero a la hora de la verdad fallaba dos putts cortos en los hoyos 17 y 18 para entregar en bandeja la victoria por 1 arriba a Moore y Holmes. Mal asunto. Y Kaymer no ha terminado de dar ni medio golpe sobre la mesa. Antes bien, en 31 hoyos de fourballs que ha jugado en Hazeltine apenas ha sumado un birdie. El alemán ha puesto el sábado toda la carne que tenía en el asador, y se ha notado, pero cuando no hay, no hay (sobre todo en los greenes: no enchufa de ninguna de las maneras). Sergio parecía algo fatigado en el turno de tarde, pero de todos modos terminaba sacando adelante la nada despreciable cifra de seis birdies, dejándose algún otro por el camino. Está enorme el español. Pero Mickelson le daba buena réplica, mucho mejor secundado además por Kuchar para firmar el 2 y 1 final.
– La pareja de moda continental sigue siendo la formada por McIlroy y Pieters, la única que llevaba un punto al marcador europeo (3 y 1 ante Koepka y Dustin Johnson). El norirlandés está muy enfadado con los descerebrados que insultan desde el otro lado de las cuerdas, así que se mueve por el campo como una fiera herida y no hace prisioneros. En ocasiones se le ve algo pasado de rosca por el exceso de adrenalina, pero da igual, Rory es mucho Rory. A su lado, Pieters ha confirmado su inminente asalto al olimpo del golf mundial. Es cuestión de (poco) tiempo. Definitivamente, Europa ha encontrado en el belga un nuevo cimiento-Ryder.
– Es sencillo atizar ahora a Darren Clarke. El 4-0 del arranque le obligó a cambiar los planes y, a la larga, a cargar de partidos a más jugadores de la cuenta. En honor a la verdad, la apuesta arriesgada de este sábado por la mañana, separando a Stenson y Rose para colocarlos junto a dos novatos, no le salió tan mal. Incluso la aparición de Westwood en los últimos fourballs parecía lógica. La insistencia con Kaymer, que ha jugado en tres de las cuatro sesiones, sí tiene menos explicación, aunque seguramente se equivocó más alineándolo en los fourballs del viernes que en los del sábado.
