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El European Tour acepta el debate y abre la puerta a cambios para evitar que la Ryder deje de ser sólo un arma arrojadiza en el Circuito

Preparados para grandes sorpresas Ryder en Abu Dhabi

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El debate ya está sobre la mesa en el European Tour. Alto y claro. Con voces más que autorizadas que han empezado a dar su opinión. Se habla de la Ryder Cup, del Circuito Europeo, de la necesidad o no de ser miembro para pertenecer al equipo, del proceso de selección de jugadores para la próxima edición de París 2018. En definitiva, corren vientos de cambio en la Ryder y hay que estar preparados para asistir a sorpresas importantes en el próximo mes de enero.

Cada dos años, en el marco del Abu Dhabi HSBC Championship, torneo que abre la Gira del Desierto del European Tour a mediados del mes de enero, se anuncia el nombre del futuro capitán de Europa de la Ryder Cup y se comunican los cambios que se vayan a producir en el proceso de selección. A veces no se toca nada, sobre todo en épocas victoriosas, y otras veces se van modificando pequeñas cosas. En la próxima edición del Abu Dhabi Championship todo apunta a que vamos a ver cambios más que significativos.

Rory McIlroy fue el primero en deslizar el asunto cuando lamentó hace unos días la ausencia de Paul Casey en Hazeltine. El norirlandés, líder indiscutible del equipo europeo, dijo abiertamente que el inglés habría sido de gran utilidad en la pasada Ryder.

Casey no formó parte del equipo porque, pese a que estaba entre los veinte mejores jugadores del mundo, no podía ser elegido al no ser miembro, por decisión propia, del Circuito Europeo. McIlroy lanzó el guante y la pregunta quedó flotando en el aire. ¿Deben estar los mejores en el equipo o sólo aquellos que sean miembros del European Tour?

Lee Westwood aceptó el envite y manifestó su postura. «En el equipo de la Ryder Cup deben estar los mejores, jueguen donde jueguen. Al fin y al cabo, tú sigues siendo europeo y sigues manteniendo la pasión de defender y representar a Europa ya estés en el PGA Tour o en el European Tour. Si está demostrando que tú eres de los mejores de Europa, qué más dará dónde juegues?», explicó Westwood.

Evidentemente, la obligatoriedad de jugar en el Circuito Europeo es una medida proteccionista utilizada por el Tour para defenderse y evitar la fuga de estrellas al PGA Tour, un circuito que a día de hoy es infinitamente más poderoso y lucrativo que su alter ego a este lado del Atlántico.

El Circuito Europeo ha utilizado la Ryder Cup, competición que todos quieren jugar, para tratar de retener a sus mejores golfistas. El problema es que, de un tiempo a esta parte, da la sensación de que ni siquiera la Ryder logra este propósito. Un claro ejemplo es el de Paul Casey y otro es Justin Rose. El inglés, que sí ha jugado la Ryder este año, no ha cumplido con el mínimo de torneos exigido por el Tour. Es más, la norma dice que para mantener la membresía hay que disputar cinco torneos más allá de los grandes y los campeonatos del mundo y Rose sólo ha disputado los Juegos Olímpicos, torneo que sí contaba aunque realmente su vinculación con el European Tour es más que relativa.

Así las cosas, la pelota está en el tejado del Circuito Europeo y da la sensación de que su jefe ejecutivo, Keith Pelley, sí que está dispuesto a abrir la mano y eliminar esas normas coercitivas para jugar a Ryder Cup. Pelley apuesta por una pelea en campo abierto, por el libre mercado.

«Nosotros estamos en contacto continuo con nuestros mejores jugadores, les escuchamos y queremos tener el mejor equipo posible en la Ryder Cup. Ahora mismo estamos debatiendo sobre el proceso de clasificación para la Ryder y lo seguiremos haciendo en las próximas semanas y meses con los jugadores, el comité de torneos, los directivos del circuito. Haremos ajustes en el sistema de clasificación para la Ryder si vemos que hay necesidad. No nos dan miedo los cambios», asegura con firmeza.

Pelley apuesta por quitarle a la Ryder esa etiqueta de arma arrojadiza que se lanza contra los mejores jugadores para conseguir que jueguen alguna que otra prueba del European Tour durante el año. «Diría que parte de nuestro trabajo es conseguir que los jugadores quieran venir al Circuito Europeo porque es un lugar alucinante para jugar. Nosotros jugamos en resorts que son los mejores del mundo, como el de Turquía, en fantásticos campos, grandes ciudades. El mensaje es que para ser uno de los mejores del mundo, el European Tour es un sitio fantástico para estar. Nuestro trabajo como guardianes del Tour es proporcionar las bolsas de premios más grandes, generar bonitas experiencias y jugar en espléndidos campos para lograr que los jugadores quien venir aquí y jugar más torneos de los que necesitan para ser miembros del Circuito y poder jugar la Ryder Cup. La Ryder es un evento extraordinario, pero no debería ser la única razón por la que un golfista juega el Circuito Europeo. Ahí está nuestro trabajo».

Las palabras de Pelley no dejan lugar a la duda. Se avecinan cambios en la Ryder Cup, de forma que deje de ser una amenaza para los jugadores y se convierta sólo y exclusivamente en un aliciente más para ser cada día mejor jugador. La propuesta de Pelley es ambiciosa y arriesgada, pues el ‘enemigo’ (PGA Tour) es muy fuerte, pero seguro que los mejores jugadores del Circuito sabrán apreciar esta postura valiente.