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Valhalla se ensancha para Azinger

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En una Ryder, todo cuenta. La capacidad de jugar en equipo, la táctica, los emparejamientos y, por supuesto, el campo. Estados Unidos juega en casa y eso se va a notar. Y no sólo en el ambiente…

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El 18 de Valhalla tiene de todo.

 

 

Paul Azinger lleva 18 meses trabajando con Mark Wilson, superintendente de Valhalla (no confundir con el ganador del Honda Classic del año pasado). Y el señor Wilson va a hacer todo lo posible por que los jugadores europeos se vayan de Kentucky con mal sabor de boca. ¿Pero cómo se hace para que el campo favorezca a unos más que a otros? La cosa no es sencilla.

En principio, el equipo americano está compuesto por una mezcla de pegadores y jugadores hábiles con el wedge, mientras que los europeos siguen contando con jugadores de gran precisión y excelente juego corto. Y como no se pueden poner árboles que sólo bloqueen bolas europeas y dejen pasar las americanas, lo que ha hecho Azinger es facilitar las cosas a sus jugadores. Es decir, las calles se ensanchan a unos 300 metros del tee, sobre todo al extenderse el primer corte de rough un mínimo de cuatro metros en todas las calles, y hasta casi veinte en algunos casos. Pero el rough que rodea los greenes es largo y espeso.

Los greenes van a ser más rápidos que los que se presentaron en K Club hace dos años. "Los greenes están muy bien", explica Wilson. "No sólo de velocidad, sino de limpieza". Wilson lleva 20 años haciéndose cargo de Valhalla y se lo conoce como la palma de la mano.

Se puede decir que los nueve primeros hoyos de Valhalla son de tipo links, mientras que los segundos nueve son del tipo denominado parkland, con mucho árbol y agua. El buque insignia de Valhalla es el hoyo 13: un par 4 de 350 yardas con el green en una isla.

Y una curiosidad: lo de Ike sólo fue viento … no cayó ni gota.