A la capitana del equipo europeo de la Solheim Cup, Annika Sorenstam, se le han presentado dos problemas cuando quedan sólo cinco días para que haga oficiales las cuatro elecciones que completarán la escuadra continental que se enfrentará a Estados Unidos a partir del próximo 18 de agosto en Des Moines (Iowa). Ambos están centrados en la figura de Anna Nordqvist, la europea con mejor ranking mundial y por tanto pieza poco menos que insustituible en un equipo que no anda sobrado de jugadoras en el top-20 del mundo (ahora mismo sólo tiene a dos, Nordqvist, número 12, y Carlota Ciganda, número 20).
Primer problema: la sueca ya no se va a poder clasificar por sus propios medios para el equipo europeo, al no cumplir el mínimo de seis torneos que debía jugar del Ladies European Tour en el periodo de clasificación. La sueca sólo lleva cuatro y su ausencia por enfermedad la semana pasada en Escocia hace que ya no pueda alcanzar la cifra de seis. De este modo, la capitana sólo podrá llevarla incluyéndola en una de sus cuatro elecciones, opción que sí está contemplada por el reglamento del equipo europeo.
El segundo problema tiene que ver precisamente con la enfermedad de Anna Nordqvist, que sufre una mononucleosis, circunstancia por la que no pudo jugar la semana pasada en Escocia y por la cual apenas ha podido entrenarse con normalidad desde el pasado US Open. ¿Estará recuperada de cara a la Solheim? Esta enfermedad es una auténtica caja de sorpresas y puede tardar meses en desaparecer, aunque de momento la jugadora ha dicho que va a hacer lo posible por jugar el Women’s British Open de esta semana y todo el mundo andará muy pendiente de su evolución…
¿Cómo va a afrontar Sorenstam ambos problemas? Como respuesta al primer problema podemos estar completamente seguros de que una de sus cuatro elecciones está reservada para Nordqvist, a pesar de que no haya jugado los seis torneos correspondientes. El reglamento le concede esta gracia a la capitana y el equipo europeo no puede permitirse el lujo de prescindir de su jugadora más solvente.
En cuanto al segundo problema, el del estado físico de la jugadora, no queda si no esperar a ver cómo evoluciona y cómo se desenvuelve por ejemplo esta semana en Kingsbarns. Pero volvemos a lo mismo: será elegida salvo que un informe médico no lo autorice expresamente o bien la propia jugadora entendiera que no está en condiciones. Incluso, apurando los plazos al máximo, sería posible que el equipo europeo viajara con trece jugadoras para tomar la decisión definitiva el mismo jueves antes del inicio de la Solheim, pues hay una nueva normativa de la competición que contempla esta emergencia en caso de lesión o enfermedad.
