Inicio Grandes Circuitos Un flaco favor al juego
editorial

Un flaco favor al juego

Compartir

Después de dejar muy claro cómo interpreta el problema del juego lento en el golf, a Jason Day se le puede agradecer su sinceridad… Y nada más. De hecho, y aunque pretenda distinguir entre el golf amateur y el profesional, no nos cabe la menor duda de que le ha hecho un flaco favor al juego desde su posición de Número 1. Es mucho más complicado convencer a un adolescente de las miserias del tabaco, pongamos por ejemplo, si cada día te fumas un paquete y medio delante de sus narices…

Por supuesto que el deporte profesional no es lo mismo que el aficionado, pero hay líneas que no deben cruzarse para no desvirtuar la esencia del juego, y a día de hoy ya resulta casi ridículo asistir a rondas de torneos profesionales que se van más allá de las cinco horas sin una causa aparente que lo justifique (una jornada en condiciones climatológicas extremas, por ejemplo). 

Ni que decir tiene que de aquellos polvos vienen estos lodos. La laxitud con la que se ha tratado la cuestión, fundamentalmente en el circuito más importante del mundo, el PGA Tour, de alguna manera legitima este tipo de posiciones, porque al fin y al cabo Day tiene la certeza de estar moviéndose dentro del reglamento, de no contravenir ninguna norma.

Los estamentos del golf, por tanto, deben pronunciarse antes o después con rotundidad y sin medias tintas, dejar bien claro dónde están los límites. No es sencillo, puesto que las variables en este deporte son tan caprichosas como numerosas, pero antes o después hay que hacer la raya en el suelo.