Sergio García ha vencido a Branden Grace por uno arriba en los octavos de final del WGC Dell Match Play y se planta en los cuartos por segunda vez en su carrera (está jugando por 17ª vez este torneo) y por primera desde 2010, año en el que llegó a semifinales, su techo hasta hoy.
Así vivimos los octavos de final: ¡Sergio se mete en cuartos de forma agónica!
El match play depara vaivenes sorprendentes y altibajos impredecibles, pero la previsión más razonable llevaba a catalogar el partido entre Sergio García y Branden Grace como un duelo a cara de perro. Y así ha sido. Puede que el sudafricano no te garantice un rodillo a pleno rendimiento durante 18 hoyos, pero tampoco bajará nunca los brazos y, además, es hombre de rachas vertiginosas, capaces de romper cualquier termostato.
Las otras dos batallas de Austin: el Masters y el Número Uno
El día desapacible en Austin, algo fresco y con rachas de viento más que curiosas, era el escenario adecuado a un enfrentamiento áspero, sin concesiones, duro de verdad. Así lo hubiera visto cualquier escenógrafo esmerado. Un duelo en el que comenzaba mandando Grace a golpe de birdies (hoyos 1, 4 y 7) y que luego era igualado por el español con la misma receta (birdies en los hoyos 6, 8 y 11).
Sergio pierde con Reed pero se mete en octavos
Sergio, al que se ha visto en unos niveles de excitación y motivación poco habituales (ni siquiera en la Ryder le habla tanto a la bola y en español…), ha sacado los colmillos, afilados y retorcidos, y ha mostrado una piel dura como el cuero. En el tramo decisivo erraba un putt de menos de dos metros de birdie para ponerse por delante y acto seguido, tras fallar la salida, perdía el hoyo 14. Sin embargo, ganaría el 15, con un par dado tras jugar un hoyo maravilloso (gran salida y espléndido segundo tiro), y enseguida también el 16, par 5, esta vez con birdie, para ponerse por delante en el marcador.
El perfil bajo de Sergio y el suspiro de Kuchar en el 18
Todavía quedaba rematar la faena y lo iba a hacer salvando dos pares delicados, de esos que no admiten dudas o temblores de última hora, desde un metro y medio el primero en el 17, y desde algo más de un metro el segundo, en el 18. Piel curtida al sol de Borriol. O de Texas.
El día venía revirado y Sergio ha jugado el campo claramente por debajo del par, respondiendo a los embates del rival y pasando página con celeridad cuando tocaba hacerlo. Y, lo más importante, sacándose de la manga fantásticos golpes en momentos muy oportunos. Ahora toca Kuchar, todo un prodigio de regularidad y un peligro público en los greenes. A este hombre no se le puede dar mucha cuerda, porque luego no hay modo de recogerla.
