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COWBOY DE MEDIODÍA | LA CONTRACRÓNICA

Y el caso es que con cinco abajo nadie lo daba por perdido…

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– La cuestión es la siguiente y da que pensar: no había manera de mandar a nadie a la cama, ni siquiera a los muy poco aficionados. ¿Y si Jon se saca un as de la manga y comienza la remontada? Ocurrió. El primero se lo sacó en el tee del 13. Bombazo a green. Algo así como la temeraria carga del Séptimo en Little Bighorn. El segundo, en la calle del 15. Después, a trompicones de pura épica, una de cal y una de arena, pero vaya con las de cal: purazo de genio y rabia en el 16. Y vaya también con las de arena: quizá fue San Mamés quien apartara la rama de un árbol para que la bola pasara sudando la gota gorda en el segundo tiro del 16…

De acuerdo, no hay manera de acabar con la maldición española en los campeonatos del mundo, pero a Jon Rahm hay que darle mucho más que la credibilidad. Con él en juego el golf es más placentero cuando activa el martillo hidráulico (durante los seis primeros partidos del torneo, básicamente) y más emocionante y sentido cuando aplica el programa-Seve (en la final). Domina los dos registros. En fin. La celebración ya estaba hecha y rematada con su pase a las semifinales, según nuestro particular y festivo punto de vista. Hay que aprender a vivir y a celebrar al día. Carpe diem. Por otro lado, el solo pase a la final ante Haas en un partido durísimo ya se había convertido en otro hecho histórico, aunque apenas diese tiempo a celebrarse como correspondía. Rahm es eso para el golf español, pura celebración.

– Dicho todo lo cual, conviene señalar una circunstancia muy concreta para no perder la perspectiva de la última ronda de golf en el Austin Country Club, con la final y el tercer y cuarto puesto en juego. A ver si al final vamos a pensar que se ha jugado mucho peor de lo que buenamente se podía: el viento, cambiante y caprichoso, tuvo una presencia de peso. A lo mejor por eso Haas y Dustin Johnson terminaban con un parcial stroke play de -1 y Rahm y Tanihara, de PAR. Y eso que el japonés hizo un hoyo en uno y además dispuso de un putt de eagle de metro y medio en el 12 que le concedió su rival y que nosotros se lo apuntamos… Es posible que Rahm y Johnson no anduvieran muy brillantes, sobre todo el español en el tramo que va del hoyo 3 al 8, pero el asunto hay que mirarlo en su conjunto, porque a los nervios de una final se unía un viento puñetero y desquiciante. Se pone uno las orejeras del match play y se le olvida echar un vistazo  a lo que está ocurriendo y lo cierto es que era muy complicado dejarla cerca.

– La gran mayoría de los medios en España ha seguido al detalle las últimas rondas de este torneo, lo que en sí mismo ya es un triunfo por 7 y 5, aunque el cheque de más de 1,6 millones ya no hay quien se lo quite a Dustin. Tampoco el Número 14 del mundo a Rahm, o su segundo puesto en la Race alcanzado en sólo dos torneos… Ni todo el crédito ganado ante una rendida afición española que crecerá y crecerá.