El pasado sábado, durante la tercera ronda del WGC HSBC Champions, Matt Kuchar logró un impresionante hoyo en uno en la bandera del 17 del Sheshan International Golf Club de Shangai, embocando la bola desde el tee a una distancia de 193 yardas (176,40 metros). El golpe, celebrado con efusividad por el golfista estadounidense, terminó convirtiéndose en una curiosa historia de lamentos.
Kuchar no tardó en percatarse de que el premio de un coche que otorga el circuito a los jugadores que consigan un hoyo en uno no le correspondía, ya que está fijado únicamente para hoyos de al menos a 200 yardas (182,80 metros) de distancia. Es decir, ese día el tee estaba adelantado y se había quedado sin coche por menos de seis metros y medio, por lo que empezó a ser el objetivo de todo tipo de bromas por parte de sus compañeros.
«Creo que ha sido el más triste hoyo en uno de la historia. Un minuto después de hacerlo me enteré de que me había quedado sin coche y comencé a ser objeto de bromas por parte del resto de jugadores», reconoció Kuchar nada más finalizar su ronda. «Cuando uno hace un hoyo en uno se pone muy contento y emocionado. Pero entonces mira al coche que está ahí aparcado, el Cadillac más hermoso, que justo debajo tiene una nota en la que dice: ‘Este hoyo está a menos de 200 yardas, así que no incluye el premio'», lamentó el estadounidense.
La historia, como no podía ser menos, se hizo viral, y finalmente, el HSBC Champions y Cadillac, patrocinador del torneo, decidieron regalarle a Kuchar uno de los modelos de la marca americana de su elección. Una concesión un tanto curiosa para un jugador que acumula más de 39 millones de dólares en ganancias como profesional, pero que al menos le permitirá cumplir uno de los sueños de su hijo: «Mi hijo de 9 años me preguntó hace poco si alguna vez había hecho un hoyo en uno para ganar un coche. Ahora, por fin, estaré encantado de decirle que sí».
Menos de una semana después, llegó otro hoyo en uno sin premio. En este caso, del español Jorge Campillo, que embocó ayer la bola de un solo golpe en el hoyo 14 del Turkish Airlines Open, a unas 168 yardas. Aunque, en este caso, no parece que vaya a poder llevarse el coche a casa… Veremos si Turkish Airlines se muestra tan espléndida como HSBC.
