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Los mellizos ponen la directa

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Brooks Koepka y Dustin Johnson esta semana en el Sheshan International. © Golffile | Fran Caffrey
Brooks Koepka y Dustin Johnson esta semana en el Sheshan International. © Golffile | Fran Caffrey

Ambos son pegadores descomunales. Tanto, que incluso da la sensación de que siempre les quedara una última vuelta de tuerca de potencia más que apurar si hiciera falta. Cuando tienen el día o la semana en los greenes te puedes ir despidiendo. Ambos son fríos y aparentemente llevan muy a gala aquello de que el éxito y el fracaso son dos grandes impostores; eso es lo que su lenguaje de gestos y sus declaraciones transmiten. ¿Pasión? Ni en el más enconado, incierto y decisivo partido de una Ryder Cup los verás exaltados, encendidos, arrobados, enajenados… ¿Capacidad de liderazgo? ¿Para qué? Qué pereza. ¿Carisma? No demasiado, más allá del que imponen los números, sus imponentes resultados.

Dustin Johnson (-13) y Brooks Koepka (-12). Por tener, hasta tienen el mismo Grande, el US Open. Uno lo ganó en 2016, otro en 2017. Puede que el segundo, es cierto, acierte a sonreír un poco más en el campo. Nada del otro mundo. Lo justo. Parecen hechos en el mismo molde. A pesar de la diferencia de edad (33 y 27), digamos que son mellizos y no gemelos porque no hay parecido físico y uno es de Adidas y otro de Nike…

Estos dos estadounidenses han puesto la directa en el WGC HSBC, con tarjetas de 63 y 68 golpes y una ventaja de cuatro y tres sobre el siguiente clasificado. Dustin casi revienta los segundos nueve del recorrido de Shanghai, que ha completado en 29 golpes, siete menos; Brooks, por su parte, que en ese mismo tramo sumó 31 golpes el jueves, ha sido capaz de no perder el hilo ni la cabeza después de un gran inicio, con birdie en los dos primeros hoyos, seguido de una interminable meseta de pares, uno detrás de otro, para rematar con dos birdies postreros, frutos de la paciencia.

Cuando todavía faltan 36 hoyos para dirimir el ganador del último campeonato del mundo del año, cuesta creer que algún otro candidato se sume a la lucha por el triunfo. Está bien, no seamos cenizos, seguro que ocurre, no cerremos tan pronto las puertas, porque en el Sheshan International hay mucho y bueno donde elegir: por ahí vienen Rose (-9), Aphibarnrat (-8), Reed (-8), Stenson (-7), Kuchar (-7)… Y el mismo Rafa Cabrera Bello (-6), bien instalado en décima posición.

Al canario le ha costado arrancar, embocar algún putt tempranero de birdie, porque ocasiones no le han faltado. Sin embargo, también ha sabido esperar su momento, que llegaba en el meridiano de la ronda (birdies en los hoyos 9 y 10) y rematar después con un espectacular eagle en el hoyo 16, par 4, después de dejar la bola desde el tee al borde del green (seguramente el mejor disparo del día en este hoyo). Un tripateo en el 17 y una última ocasión de birdie que se iba al limbo en el 18, par 5, dejaban al español con la vuelta como a medio hacer o redondear, pero en todo caso está ahí, con tiempo y margen. Parece que durante el fin de semana va a saltar un poco más el viento y quizá él pueda pescar algo en ese río algo más revuelto…

Jon Rahm (+2), sin embargo, no estará en la lucha. Hoy necesitaba al menos una ronda como la que han producido Charles Howell III (-5) o Peter Uihlein (-5) viniendo desde donde él estaba, una ronda de al menos 67 golpes que engrasara objetivos y propiciara un despegue serio y prometedor, pero probablemente la ansiedad de tenerlo tan claro le ha jugado una mala pasada, hasta el punto de encadenar cuatro bogeys entre los hoyos 7 y 10. Es la eterna paradoja: ¿se puede ir rápido pero sin prisas? Sí se puede, porque 18 hoyos dan para mucho, y en el equilibrio, una vez más, está la virtud.

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