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Rafa carbura y Rahm pierde todo el margen de error

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Rafa Cabrera Bello. © Golffile | Ken Murray
Rafa Cabrera Bello. © Golffile | Ken Murray

En un campo, el Sheshan International de Shanghai, donde se ha llegado a ganar el HSBC con un resultado de -24 (2013) o de -23 (2016); en un campo donde, en definitiva, hay que estar en torno al -20 para darse una opción de victoria (como ocurrió en los años 2010, 2011 y 2015), eso sí, siempre que las condiciones de juego no se compliquen, es de cajón concluir que todo lo que no sea marchar a diario con tarjetas de entre 67 o 68 golpes te va a ir complicando mucho la vida, puede que hasta hacértela casi imposible si el día sale demasiado tontorrón.

Con estas coordenadas y teniendo en cuenta que la jornada de golf ha salido magnífica en Shanghai (poco o nada de viento), digamos que Brooks Koepka (-8), líder en solitario, Gavin Green (-7) y Kiradech Aphibarnrat (-7) han estado incluso por encima de la mejor expectativa y, sobre todo, han pegado primero y bien fuerte el golpe sobre la mesa. Koepka, desde luego, impone lo suyo cuando se pone a hacer birdies o eagles con pasmosa facilidad, casi con desidia, como si fuera una forzosa obligación…

En esta tesitura, asimismo, también debe apuntarse como notable el registro de Rafa Cabrera Bello (-4). El canario ha cogido la buena senda y el ritmo apropiado (hasta siete birdies en su tarjeta), a pesar de terminar con un bogey en el hoyo 9. Rafa mantiene el buen nivel de semanas anteriores, en las que no ha dejado de asomarse aquí y allá a los puestos cabeceros. Todo sea que encuentre ese último cambio de marcha que de verdad le ponga mirando al triunfo el domingo. Hoy ha pegado muy buenos tiros, pero es que además su cabeza ha funcionado a las mil maravillas, borrando inmediatamente los errores, sin dejar que influyeran en su juego. Nada que por otro lado sorprenda demasiado en el jugador español…

Jon Rahm (PAR), sin embargo, ya ha dilapidado todo el margen que un gran campeón pueda darse esta semana y en este campo. Puede que incluso lo haya superado, aunque es cierto que el de Barrika nos ha enseñado este año a confiar en su tremenda capacidad de rebote y recuperación. En el hoyo 9, por donde finalizaba la ronda, el más difícil del campo, enviaba el segundo tiro al agua y acto seguido, cuando aquello apuntaba al doble bogey, embocaba el aprochito después de dropar y salvaba un par imposible. Al menos se marchaba con una sonrisa del campo después de una jornada confusa, de mal arranque y otra vez llena de ofuscación y frustración, muy en la línea de Valderrama, hace unos días. En el hoyo 3, el 12 de su vuelta, cuando había conseguido despegar, firmaba un bogey traicionero y muy dañino, pues estaba pateando para birdie desde apenas un metro y medio…

Si Rahm transita ya por el filo de la navaja, qué decir de Francesco Molinari (+5) o Ross Fisher (+5). O incluso de Thomas Pieters (+3) e Hideki Matsuyama (+2). El nipón, defensor del título, se queda casi fuera de juego a las primeras de cambio. No así Dustin Johnson (-4), que casi por inercia se ha sacado de la manga un buen 68.

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