El abusón del colegio te roba el bocata en el recreo y se te queda mirando. Te quieres rebelar, decirle algo, enfrentarte a él, pero en el fondo sabes que no hay nada que hacer. Es más fuerte y punto. Es más, si te encaras puede ser aún peor. Corres el riesgo de que te castigue aún con más dureza.
Dustin Johnson (-16) es el abusón de Chapultepec. El de Carolina no roba bocatas, sino eagles y birdies a diestro y siniestro. Su despliegue de golf es descomunal. Ha firmado 66 golpes en la tercera ronda y domina el WGC México Championship con mano de hierro. Tiene cuatro golpes de ventaja sobre Rory McIlroy (-14) y siete sobre una concurrida tercera plaza compartida por Patrick Reed, Sergio García, Cameron Smith y Patrick Cantlay.
Cuando DJ alcanza este nivel de excelencia, no hay ser humano que le plante cara. A veces, incluso, da la sensación de que juega con los rivales, los anima, les abre pequeñas ventanas de esperanza y después las cierra de golpe. No hace birdie en el 1, pero se casca un eagle descomunal en el 2, con un golpe desde el tee que probablemente a día de hoy no hay nadie que pueda pegar como él. Desde luego, sólo él la ha dejado dos de los tres días en el green. Después, comete doble bogey en el 10, con una liada parda desde los árboles de la derecha, y los rivales, legítimamente, piensan: “ojo, que viene la oportunidad”. Su respuesta es dos birdies seguidos en el 11 y 12, más otros dos en el 15 y el 17. Es algo así como “ja, que os lo habíais creído”.
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El golf de Dustin Johnson en Chapultepec durante 54 hoyos no ha tenido fisuras. Su único error ha sido en el citado 10 y ya han visto la respuesta. Es la segunda vez en su carrera que completa tres rondas con un solo fallo. La otra vez fue en Riviera en 2017 y ganó con cinco golpes de ventaja. Sirva como pista de que Dustin, cuando el viento sopla a favor es aún más terrorífico.
Su receta ahora mismo es imbatible. Está pegando largo y duro desde el tee y cazando más greenes que nadie. Por si fuera poco, está ofreciendo su mejor versión de putt, metiendo muchos de birdie y algunos de par muy importantes, como en el 4, de tres metros, y en el 16, de dos. Aún así, tiene un poderío asombroso. Ha pateado para birdie o eagle desde menos de cinco metros hasta en once ocasiones. No sólo está cogiendo más greenes que nadie, sino que las está dejando más cerca…
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Las matemáticas dicen que Dustin Johnson hará mañana una vuelta mínimo de 67 golpes y acabará con -20. Cuatro bajo par es su media en Chapultepec en las once rondas que ha jugado. Esto significa, siguiendo con el cálculo, que Rory McIlroy tendría que igualar el récord del campo (62 golpes) para ganar, y que Sergio García y los demás cohabitantes de la tercera plaza necesitarían un 59. Sí, en el fondo son las cuentas de la lechera, pero una excelente demostración de hasta qué punto, Johnson tiene dominado el torneo.
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En cualquier caso, el golf, mal que le pese a Bryson DeChambeau, no son sólo matemáticas. Quedan 18 hoyos y realmente puede pasar cualquier cosa. Ahora mismo parece imposible, pero ni siquiera Dustin Johnson está libre de tener un mal día. Además, por detrás viene un Rory McIlroy que cuenta en su curriculum con tres victorias remontando el domingo cuatro o más golpes (2010 en Quail Hollow, 2014 en Wentwoth y 2016 en Boston). Veremos si mañana hay alguien que cambie la historia sea capaz de robarle la merienda al abusón.
