Inicio WGC WGC México Championship El manual de altura de México guarda un misterio

El manual de altura de México guarda un misterio

Compartir
El campo de prácticas está muy concurrido esta semana en Chapultepec.
El campo de prácticas está muy concurrido esta semana en Chapultepec.

El WGC México Championship es una de las semanas más difíciles para jugadores y caddies. La altura a la que se encuentra el Club de Golf Chapultepec obliga a realizar múltiples ajustes. Son más de dos mil metros por encima del nivel del mar con un pico extraordinario en el hoyo 17, donde el campo sube hasta los 2.365 metros. Es el punto más alto del año en el PGA Tour y el European Tour y toca ajustar distancias.

VÍDEO | Las luces y sombras del estreno de Sergio con el ‘arm lock’

Seguro que todos ustedes saben o han escuchado alguna vez que la pelota vuela más cuanto mayor es la altitud del terreno. Los cálculos que realizan los jugadores aquí en Chapultepec es que el incremento está entre un 15 y un 20 por ciento. Una barbaridad. Hablamos de uno y, a veces, hasta dos palos de diferencia. En Crans Montana, por ejemplo, sede del Omega European Masters de Suiza, el aumento es de un diez por ciento.

Ahora bien, resulta que en Chapultepec la bola no siempre vuelva ese 15 por ciento más, sino que a veces puede volar incluso menos que en un campo que está al nivel del mar. ¿Y eso cómo se come? Pues bien, es el truco del manual de altura de esta semana y vamos a intentar explicárselo.

Que sea entonces la leyenda de ‘México 70’ (y no hablamos de fútbol ni de Pelé)

Las dos peculiaridades que tiene este recorrido mexicano es la altura y la densidad del aire. Aquí está el quid de la cuestión. La altura produce que una bola pegada alta recorra mucho más metros que en cualquier otro campo más bajo. Sin embargo, la menor densidad del aire de Chapultepec hace que haya menos fricción de la bola y, por tanto, los golpes tienen menos spin. ¿Y qué ocurre? Pues que aquellas bolas que no estén pegadas altas, al tener menos spin, le cuesta mucho más subir y acaba cayendo antes como si fuera una ‘folha seca’ en fútbol. Es decir, hace menos metros de lo habitual. Es el misterio del WGC México y con ello tienen que lidiar esta semana los jugadores. Un ejemplo: la bola ‘habitual’ de Sergio García viaja aproximadamente a 2.400 revoluciones y esta semana lo hace a menos de dos mil.

Así las cosas, una bola bien empalada y alta, hará más metros, pero una bola pegada más limpia y con trayectoria más baja se quedará considerablemente más corta. Hemos presenciado un ejemplo en el hoyo 1 de Chapultepec. Un par 4 de 289 metros. Salían a jugar su ronda de prácticas Sergio García y Danny Willett. El español ha pegado primero y su golpe no ha sido bueno. Salió limpia, algo más baja y se quedó corta de green unos 20 metros. Cuando repitió el golpe, ya cazada en la yema, la bola botó en green. Son casi 30 metros de diferencia.

VÍDEO | Chapultepec da la bienvenida con una portería de fútbol…

Como decimos, hay que adaptarse aprisa y corriendo esta semana para ajustarse a las nuevas distancias. Cada uno, obviamente, tiene su propio método. Por ejemplo, en el campo de prácticas hay más ‘trackmans’ que de costumbre. Andan todos los jugadores tomando notas para saber qué hacen con cada uno de los palos. El truco de Sergio García y su caddie, su hermano Víctor, es mucho más simple y fácil. “Las distancias en metros las entendemos como si fueran yardas y le metemos un poco más. Es decir, si hay 200 metros, nosotros lo calculamos como si fueran yardas y le añadimos un poco más”, asegura Víctor. Son los misterios y trucos de una semana especial para todos.