Dustin Johnson (-14) lo había dejado todo muy bien preparado para darse un bonito y agradable paseo de campeón por los segundos nueve hoyos de Chapultepec. El Número 1 del mundo arrancó la última ronda del WGC México Championship tirando de galones, con el putt echando humo y levantando un muro que parecía insalvable para el resto. Al paso por el 9 tenía ya cuatro golpes de ventaja sobre Thomas Pieters…
Sin embargo, terminó el día con dolor de cabeza, se le indigestó hasta el picnic y acabó con la lengua fuera pidiendo la hora para levantar, eso sí, su cuarto campeonato del mundo. Porque allí, entre los árboles y la maleza de Chapultepec emergió portentoso un chaval de Barrika con ganas de complicarle las cosas al líder. El pescado no estaba vendido.
Jon Rahm (-12) reaccionó en el hoyo 10 con el orgullo de un boxeador que acaba de escuchar el toque de campana del asalto definitivo y sabe que va perdiendo a los puntos. Se tiró a tumba abierta. Sin esconder nada. A la yugular. Vida o muerte. Drive en cada hoyo y la mirada fija puesta en el trapo. Era su primer WGC Championship y por muy apetitoso que pareciera el segundo puesto no era suficiente. Al menos, no en el plan A.
Rahm salvó un par estratosférico en el hoyo 10 y lanzó el ataque. Eagle espectacular en el 11 (tirazo y putt de cuatro metros), corbata dolorosa para birdie en el 12, par en el 13, birdie galáctico en el 14 (putt de diez metros desde el antegreen) y uno más en el 15 (magnífico approach y putt de dos metros). En seis hoyos le había dado la vuelta al torneo. De estar cinco golpes atrás pasó a colocarse líder en solitario con un golpe de ventaja. Lo había conseguido. Había hecho dudar a Dustin Johnson. El Número 1 ya no era de granito. Bajó a la tierra y se volvió mortal. Rahm consiguió lo que no pudieron Rory McIlroy, Justin Thomas, Lee Westwood o Phil Mickelson. Fue el único que logró mirar a los ojos al actual Terminator del golf.
Jon se colocó líder en el primer Campeonato del Mundo de su vida a tres hoyos del final y puso México patas arriba. No obstante, aún quedaba mucha tarea. Y difícil. El Número 1, pese a los dos bogeys consecutivos en el 12 y 13, no estaba ni mucho menos derrotado y a Rahm aún le restaba la ardua tarea de cerrar el torneo.
La victoria se le escapó tras cometer dos bogeys consecutivos en el 16 y 17. Dos tripateos. Dolorosos. El primero fue muy ingrato. Falló por poco la salida al rough de la izquierda y desde ahí pegó un tiro sensacional. Botó a la entrada de green y lo normal, teniendo en cuenta que no estaba en la calle, es que la bola hubiera salido algo suelta para rodar alegremente unos diez metros y dejarse una espléndida opción de birdie. Sin embargo, fue tan bien tocada que no sólo no avanzó sino que se paró y se fue alejando del hoyo empujada por la pendiente hacia fuera de green. Si esa misma pelota hubiera botado medio metro más adelante, habría terminado muy cerca del hoyo. El primer putt era kilométrico y se quedó algo corto. Falló el de par…
Al mismo tiempo, Dustin Johnson recuperó en el 15 la capa de súper héroe. Ejecutó una sacada de búnker magistral, con la pelota bastante más baja que los pies y se dejó el birdie hecho. Retomaba el liderato con uno de ventaja sobre Jon. En el 17, par 3, un mal golpe. Rahm no la cazó y se dejó un putt criminal que volvería a convertirse en un tripateo… La victoria se esfumaba… Johnson despertaba de la pesadilla y sabía que el triunfo lo tenía en el bolsillo.
Entretanto, mientras el duelo entre Jon y Dustin se ponía a mil, Tommy Fleetwood (-13) se colaba de rondón con unos birdies finales para alcanzar la segunda posición. El inglés sólo fue rival en el último hoyo, cuando Johnson se fue el búnker de salida y sabía que necesitaba hacer al menos el par para evitar el desempate. Otro golpe magistral desde la arena disipó cualquier duda.
Rahm, mientras, aún tuvo una opción de birdie en el 18 para empatar con Fleetwood en la segunda posición. Hubiera sido lo más justo, pero en el deporte la justicia es sólo un término muy relativo. No lo metió y terminó tercero empatado con Ross Fisher. Johnson aseguró el par en el 18 y conquistó su cuarto WGC. Se coloca segundo en el palmarés histórico de victorias en los Campeonatos del Mundo, sólo por detrás de Tiger Woods. Jon ha conseguido hoy poner nervioso a un golfista que en los últimos 26 torneos (desde Riviera 2016) ha sumado cinco victorias, quince top 5 y se ha colocado Número 1 del mundo.
Rahm acaba tercero en el primer Campeonato del Mundo que disputa. Curiosamente, también acabó tercero en el primer torneo que jugó con la tarjeta del PGA Tour, el Quicken Loans. Desde ahí, ya saben perfectamente todo lo que ha venido pasando. Y lo mejor de todo es que este maravilloso viaje con Rahm a los mandos de la nave no ha hecho más que empezar… Siéntense y abróchense el cinturón. Consulta aquí los resultados finales del WGC México Championship.
