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Victoria de cuento para Hannah Green en el KPMG Women’s PGA

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Hannah Green. (© Golffile | Ken Murray)
Hannah Green. (© Golffile | Ken Murray)

Hannah Green (-9) es hoy el vivo reflejo de que los sueños existen y se cumplen. Y que en el deporte hay muchas victorias que parecen el cuento de las mil y una noches. De cuento ha sido su triunfo en el KPMG Women’s PGA Championship que ha finalizado este domingo en el recorrido Hazeltine National. Ha ganado de principio a fin, tomando el liderato el jueves y aguantando una embestida tras otra, un hachazo tras otros, hasta coronar la cima. Su victoria es un homenaje a esos esforzados de la ruta que han protagonizado etapas antológicas en el Tour de Francia, con escapadas eternas que llegaban a buen puerto en el último kilómetro con el pelotón echándoles el aliento en el cogote.

Siempre dio la sensación de que Hannah Green acabaría siendo cazada. Quizá por su inexperiencia, o por su ausencia de victorias en el LPGA, o porque sólo había jugado hasta esta semana seis Majors en su vida, o porque por detrás tenía a auténticas lobas de presa como Ariya Jutanugarn, Nelly Korda o Sung Hyun Park, o porque siempre tendemos a pensar que la presión acabará derritiendo a quien se expone por primera vez a salir como líder para ganar un Grande. Quién sabe por qué. La realidad es que si la sensación era que acabaría siendo cazada no era precisamente por su juego.

Green ha ofrecido en Hazeltine una lección extraordinaria de calma, templanza, control y seguridad. No parecía tener 22 años. De hecho, ha dado la sensación de que quien se había metido en su cuerpo era su mentora y ganadora de siete Majors, Karrie Weeb. Green ha vencido con la autoridad de una veterana, soportando la presión hasta el final de Sung Hyun Park (-8), rubricando un birdie excepcional en el hoyo 16 y salvando un par antológico en el 18 tras mandar el segundo tiro al búnker. Su recuperación, con toda la presión de saber que o hacía par o salía a desempate, ha sido fabulosa. Ha jugado con Ariya Jutanugarn y ha sido precisamente la tailandesa la que ha saltado por los aires.

Green se gana un hueco en la historia. Primero por el simple hecho de ganar un Major, después por ser la tercera australiana de todos los tiempos en conseguirlo tras Karrie Webb y Jan Stephenson y tercero por ser la cuarta que gana de principio a fin este Grande, la primera desde Yani Tseng en 2011. Lo consigue además con una magnífica vuelta de par, con tres birdies y tres bogeys y superando con muchísima madurez el peor momento de la vuelta tras hacer dos bogeys seguidos en los hoyos 11 y 12.

Green no tendría un palmarés muy grande antes de ganar este KPMG PGA, pero desde luego ha demostrado que sabe ganar torneos. Eso ya lo había puesto de manifiesto en el Symetra Tour, con tres victorias en 2017 que le sirvieron para ascender al LPGA. Tiene instinto. Tiene algo especial, aunque aún no lo hubiera demostrado en el Circuito Americano.

Tal es la lección de tranquilidad que ha ofrecido durante la última ronda que ha tenido tiempo incluso de pararse antes de pegar en el tee del hoyo 8 para leer un poema que le había escrito una niña del público que estaba fuera de las cuerdas. Además, no ha dudado en firmar un autógrafo entre el green del hoyo 15 y el tee del 16, justo cuando se estaba decidiendo el torneo. La australiana, por más que su ranking diga que llegó a Hazeltine en el puesto 116º del mundo, está hecha de una pasta especial.

En cuanto a las españolas, Azahara Muñoz (+3) fue la mejor de las nuestras tras acabar con un ronda de 73 golpes. Finaliza en el puesto 37º. Mientras, Carlota Ciganda (+5) hizo 74 y termina en el puesto 48º y Nuria Iturrios (+6) acabó con 74 golpes, puesto 54º.

Consulta aquí los resultados finales