José María Olazábal (+9) se queda fuera del corte en el Masters de Augusta. Es el décimo que falla aquí en sus 28 presencias. Se marcha con rabia, dolido porque pensaba que podía pasar el corte. Que tenía juego suficiente, aunque también era consciente de que estaba un poco cogido con alfileres.
Ha llegado con buenas sensaciones, pegando bien a la bola, algo atrancado con el putt y tratando de quitarse de encima algunos cortocircuitos que están destrozando sus rondas en los últimos torneos. Esos cortocircuitos son los que le han costado no estar el fin de semana en su torneo favorito. «Me está pasando mucho. Estoy jugando bien, pero de repente encadeno cuatro o cinco golpes muy malos que me cuestan mucho. Me ha pasado con el drive del 11, después me he ido al agua en el 12, he jugado muy mal el 13 y otro bogey en el 14… Así es muy difícil», se lamentaba.
Olazábal admite que tras el birdie del hoyo 10, momento en el que se puso +4, pensó que podía pasar el corte. Después todo se torció. «Ha sido una jarra de agua fría, un golpe en el hígado».
No obstante, la imagen que nos deja Olazábal en este Masters se ha producido hoy en el hoyo 18. El golfista de Fuenterrabía ha tirado un primer putt sublime desde la parte de arriba del green (el hoyo estaba en la plataforma inferior) y la ha dejado prácticamente dada. La ha marcado y muy despacio se ha ido andando hacia el borde del green. Ha dado la espalda al hoyo y se ha quedado mirando al infinito, disfrutando de Augusta, pensativo. Han sido 35 segundos en los que el tiempo se ha detenido. ¿En qué estaba pensando Olazábal? Nos lo ha confesado después y no tiene desperdicio. Aquí les dejamos sus declaraciones.
