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El chaquetero | la contracrónica

La primera jornada nos dejó dos enigmas irresolubles

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– El debut de Jon Rahm hay que calificarlo como sobresaliente. Un 73 más que sabroso, teniendo en cuenta que en tu estreno en Augusta te encuentras con uno de los días con peores condiciones de juego de los últimos 34 años (así lo ha afirmado rotundamente Fred Couples, que jugó por primera vez el Masters en 1983). El vasco es el decimoquinto jugador español que ha debutado en el Augusta National. Ángel Miguel fue el pionero, allá por 1959, hace 58 años, y firmaba un 72 en su estreno. Pero el récord de la mejor primera vuelta en Augusta de un español sigue siendo de Miguel Ángel Jiménez, que firmaba un 71. Además de estos dos, sólo Sergio (72) mejora el registro primerizo de Rahm.

– A ver qué cuentas estamos ya haciendo, que nos conocemos: Charley Hoffman no es un don nadie, ojo. Esta semana se presentaba en Augusta con los derechos de juego del PGA Tour 2018 más que sellados, con más de un millón de dólares acumulados en la presente temporada, un cuarto puesto en Riviera y un segundo en Bay Hill hace sólo dos semanas. Como se ve, anda fino y el Augusta National nunca lo ha intimidado.  

Y así lleva desde 2006, renovando la tarjeta en el circuito más importante del mundo casi sin despeinarse, con cuatro victorias en la talega y más de 22 millones de dólares acumulados en ganancias. No es un líder de paja, aunque jamás hubiera liderado un major hasta hoy. A Hoffman lo que es de Hoffman, que es mucho. Puede que su aspecto sea el de un servicial heladero, pero en Estados Unidos, entre otras cosas, pegas una patada al suelo y te salen veinte heladeros con hándicap de un solo dígito…

En todo caso y después de hacer justicia con su trayectoria y sus capacidades, hay al menos dos enigmas por resolver. Aún más: que nunca serán resueltos. Ponerse a ello sería una pérdida de tiempo. Es posible que ni siquiera Hoffman le encuentre una explicación, más allá de que su bola rodaba mejor que ninguna sobre los greenes, él sabrá por qué (o quizá no). A saber:

Primer enigma. El cuarentañero de San Diego sumó ocho birdies y un eagle en las cuatro rondas del Masters del año pasado. Este año ya lleva nueve en una sola ronda disputada bajo condiciones más que difíciles. ¿Cómo es posible este recochineo de los números? El caso es que pateó de escándalo, pero por momentos también pegaba segundos tiros en modo Ben Hogan: el segundo del 7, el del 9, el del 10, el disparo desde el tee en el 12, el segundo en el 14, en el 17…

Segundo enigma. En las doce vueltas de competición que llevaba hasta ayer en el Augusta National sólo había hecho dos birdies en los pares 3 del campo y su acumulado en estos hoyos era de +9. Ayer, sin embargo, le hizo birdie a todos los pares 3, a todos, comenzando por un putt de 12 metros que embocaba en el hoyo 4… ¿Cuántas posibilidades había de que entrara ese putt tan largo, con caída pronunciada de derecha a izquierda? Las mismas, o incluso alguna más, de que el Número 1 del mundo se cayera en un tramo de tres escalones y, lo que es peor, se hiciera tanto daño con la costalada. El golf. La vida.

– William McGirt fue recientemente el jugador más votado por sus compañeros en la clásica encuesta anónima de Sport Illustrated y Golf.com en el apartado de «¿qué jugador crees que hace más con menos?». Dicho de otro modo: qué jugador saca más partido a su escaso o relativo talento…

McGirt lo ha vuelto a demostrar. Ahí está, segundo en el Masters. Uno de los escasos dos jugadores que en una jornada de perros bajaba de 70 golpes. Pues sí que exprime bien sus cualidades, sí. ¿O no será que algunos confunden más de la cuenta un ‘finish’ bonito con jugar bien al golf?

– Está la clasificación como para cogerla del revés: Tyrrel Hatton (+8), Martin Kaymer (+6), Francesco Molinari (+6), J. B. Holmes (+6), Tommy Fleetwood (+6), Jim Furyk (+6), Jhonatan Vegas (+6), Henrik Stenson (+5), Louis Oosthuizen (+5), Zach Johnson (+5), Hideki Matsuyama (+4)… Reverencias, pues, al despliegue de la Armada española en semejante berenjenal.