Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2018 El interminable idilio entre el golf español y el Masters
Cinco victorias y 25 top ten para La Armada en Augusta

El interminable idilio entre el golf español y el Masters

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Seve Ballesteros © Augusta National
Seve Ballesteros, en el Masters de 1980 © Augusta National

Hablar del Masters es, inevitablemente, hacerlo de la historia del golf español. Nuestro país es, junto a Sudáfrica, el segundo más laureado en las 81 ediciones disputadas hasta la fecha del torneo, con cinco triunfos. Sólo Estados Unidos (59 triunfos), inalcanzable, acumula más victorias que España en el Augusta National Golf Club.

Pero para entender el legado español en el legendario campo de Augusta hay que remontarse al año 1959, con Ángel Miguel como protagonista. Fue el primer español en competir en el prestigioso evento de la Chaqueta Verde, finalizando en la 25ª posición empatado, coincidiendo en el tiempo con los primeros golpes a una bola en las playas de Pedreña de un niño al que su hermano mayor le había regalado su primer palo.

Efectivamente, ese niño era Severiano Ballesteros, que en 1980 pulverizó dos registros al convertirse en el primer golfista europeo en ganar en Augusta y en el jugador más joven en escribir con letras de oro su nombre en el palmarés del Masters, cuatro días después de cumplir 23 años.

Tres años más tarde, Seve volvió a ganar. Y en 1985 hizo su primera aparición por Magnolia Lane otro español llamado a hacer historia en Augusta. José María Olazábal, un talento puro en el juego con hierros y un jugador de enorme creatividad, disputaba su primer Masters. Un torneo que acabaría ganando dos veces, como Seve, su maestro, en 1994 y 1999.

El año en que Olazábal conquistó su segunda Chaqueta Verde, otro joven español daba sus primeros pasos por el Amen Corner. Llevaba el pelo corto, vestía camisas anchas -o al menos demasiado amplias para su delgadez- y respondía al sobrenombre de El Niño. Así es, nos referimos a Sergio García, que con 295 golpes se llevó la Silver Cup como el mejor amateur del torneo.

García empezó a abrirse paso en el corazón de los aficionados al golf cinco meses después, cuando se enfrentó de tú a tú a Tiger Woods en el PGA Championship, en Medinah. Pero su primera semana en Augusta dejó una imagen para el recuerdo, con 19 años, hombro con hombro junto a su ídolo, Seve Ballesteros, en una ronda de prácticas.

Sergio García, ganador del Masters de Augusta 2017. © Christer Hoglund
Sergio García, ganador del Masters de Augusta 2017. © Christer Hoglund

Así, cuando Sergio logró finalmente ganar el Masters el pasado mes de abril, sabía que no estaba solo. Superó a Justin Rose en un emocionante playoff, poniendo fin a una racha de 73 grandes disputados sin ganar, pero lo hizo a lo grande y el día en que su maestro, Ballesteros, habría cumplido 60 años de edad.

Cinco días antes, García había jugado una ronda de prácticas con Olazábal, a quien sorprendió el nuevo perfil del golfista de Borriol, más tranquilo y confiado que de costumbre. Ambos volvieron a encontrarse el miércoles, tras la suspensión del Torneo de Pares 3 por las tormentas, y Olazábal dejó en el aire un mensaje que Sergio cazó al vuelo.

El emocionante regreso a Augusta de Sergio García un año después

«No estoy compartiendo mi taquilla con nadie por ahora», dijo Chema refiriéndose al Vestuario de Campeones del Augusta National. «Espero poder compartirla contigo», sentenció.

«El tipo de mensaje y la forma en que lo dijo, por el significado que tuvo, fue realmente especial para mí», desveló Sergio a principios de esta temporada. «De verdad, significó mucho porque José María es uno de mis grandes ídolos del golf, al igual que Severiano», insistió.

Sergio García y Olazábal, en 1997
Sergio García y Olazábal, en 1997

¿Qué tienen en común los tres ganadores españoles del Masters? Para Sergio, la respuesta está clara: «Nos encanta jugar, somos muy carismáticos y nuestras historias de la Ryder Cup son similares. Son cosas muy buenas, así que es realmente fantástico haber entrado a formar parte de este grupo de golfistas».

Pete Cowen, exprofesional del European Tour convertido en entrenador, ayudó a Sergio con su juego corto durante tres años tratando de ayudarle a reducir el enorme ‘spin’ que le daba a la bola. Pocos mejor que él para hablar de Sergio: «Es astuto, brillante y un gran jugador de búnker».

Rafa Cabrera Bello se gana un sitio en las quinielas

«Todos los españoles son grandes chipeadores. De pequeños, la mayoría ejercieron de caddies, y no paraban de jugar alrededor del green, aprendiendo constantemente de sus errores. Además, no son cuadriculados, les gusta experimentar y no les asusta hacerlo», añade.

«Sergio sólo tiene que poner la bola en green para tener una distancia medio decente de putt y ya tiene una oportunidad clara. Seve también fue un gran jugador de búnker, era genial. Pero, en cualquier caso, en Augusta no ganas si no eres un grandísimo jugador de golf», insiste.

Rahm, en Augusta © Augusta National
Rahm, en Augusta © Augusta National

Ahora, después de cinco triunfos españoles en el Masters, con Olazábal aún en la brecha y con Sergio aspirando a entrar en el selecto grupo de jugadores que han ganado dos Chaquetas Verdes consecutivas, se unen con fuerza a La Armada española otros dos golfistas con un talento descomunal, situados entre los 25 mejores jugadores del mundo.

Jon Rahm, de 23 años, y Rafa Cabrera Bello, de 33. Dos fantásticos deportistas y extraordinarias personas que toman el ejemplo de sus compatriotas para soñar con, algún día, pasar a formar parte de la leyenda de Augusta. Con ellos, son ya 15 los españoles que han participado en alguna de las 81 ediciones del Masters, con 25 top ten.

El plan de Jon Rahm en el Masters de Augusta

El canario recuerda, por ejemplo, haberse quedado hasta la madrugada para ver ganar a Olazábal su Masters del 94. Aún no había cumplido 10 años, pero presenciar aquel tremendo éxito alimentó más si cabe sus sueños de llegar a competir algún día en este torneo y tratar de emular la hazaña de Seve y Chema.

«Recuerdo los buenos putts que metió, el eagle en el 15, y mientras lo veías, empezabas a aprender lo realmente emocionante que es este campo», asegura Rafa. «Esos últimos nueve hoyos pueden ser, posiblemente, los mejores del mundo del gof. Siempre son emocionantes, siempre», añade.

Rafa Cabrera Bello, en Augusta © Augusta National
Rafa Cabrera Bello, en Augusta © Augusta National

Especialmente en abril del pasado año, cuando su amigo y compañero de la Ryder Cup, Sergio García, aumentó el legado español del Masters: «Es muy buen amigo mío y sé lo mucho que ha trabajado para ganar un grande y lo difícil que ha sido para él llevar esa carga durante tantos años, así que me alegré enormemente de poder verlo e incluso celebrarlo un poco con él».

El significado de aquel triunfo para el golf español fue algo sencillamente extraordinario. Regresar a casa como el primer español con la Chaqueta Verde en casi dos décadas fue una experiencia inolvidable para Sergio. Pero también para su esposa, Angela Akins, que comprobó la verdadera repercusión de lo que había logrado El Niño.

«Hemos tenido la suerte de viajar por todo el mundo con la Chaqueta Verde y cada día aprendes un poco más lo especial que es y el significado que tiene para la gente. En España es espectacular, hay una conexión enorme del país con el Masters», asegura Angela.

Masters de Augusta: horarios y cómo ver en directo por televisión

No hay mejor forma de comprobarlo que ver cómo recibió el Santiago Bernabéu a Sergio, declarado seguidor del Real Madrid, en la previa de un Clásico frente al Barcelona, con 90.000 personas en las gradas: «Sentí escalofríos». Y dos días después hubo una fiesta en el Club de Golf donde se crió Sergio, en Borriol, y donde trabajaban sus padres.

Allí, García lanzó su discurso más emotivo. «Esta Chaqueta Verde os pertenece a todos», dijo con orgullo Sergio a todos sus amigos reunidos en el campo. Quién sabe si dentro de unos días España estará celebrando la sexta Chaqueta Verde de su historia con Chema, Sergio, Rafa o Jon, y con el recuerdo imborrable de Seve…