Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2019 Molinari se lo pone a todos muy crudo (incluso al mejor Tiger)

Molinari se lo pone a todos muy crudo (incluso al mejor Tiger)

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Francesco Molinari accede al green del hoyo 18 durante la tercera ronda. © Golffile | Fran Caffrey
Francesco Molinari accede al green del hoyo 18 durante la tercera ronda. © Golffile | Fran Caffrey

Francesco Molinari (-13) ha dado un golpe de efecto señorial al Masters de Augusta. Ha entregado una tarjeta de 66 golpes en la tercera jornada y ha tomado por derribo el liderato del torneo con dos golpes de ventaja sobre Tiger Woods y Tony Finau, tres sobre Brooks Koepka y cuatro sobre Ian Poulter y Webb Simpson.

Algún osado pensó que el italiano daría árnica al resto en el hoyo 18, tras mandar su segundo golpe al búnker. Tenía una sacada complicada, larga, donde los rivales se miran y huelen el bogey. Nada más lejos de la realidad. Su golpe fue magistral, como todo lo que viene haciendo esta semana y en los últimos nueve meses.

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La dejó a un metro y certificó el par. Se quitó la gorra, saludó a Jason Day, a Pello Iguarán, su caddie, y se marchó con ese andar tranquilo y seguro tan suyo con el putter en la mano, como si se lo fuera a llevar a casa para dormir con él. Y no sería extraño, porque su despliegue en los greenes está siendo impresionante. Su juego largo es el de siempre, pero tanto alrededor de green como con el putter se ha situado a un nivel superlativo. Ha sido tan grande la mejoría de Molinari en los últimos años que uno ya no sabe qué parcela de su juego es mejor.

Ahora mismo, es tal su solidez que parece más sencillo robar la Reserva Federal de Estados Unidos que derrotar a Francesco. El turinés acumula 43 hoyos en Augusta sin cometer bogey, una secuencia única desde 1994. En los últimos 163 hoyos que ha disputado en los Majors, suma seis bogeys o peor. No hay grietas. No hay fisuras. No corre el aire.

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Lo cierto es que tardó en ponerse en marcha el sábado, pero siempre manteniendo la vuelta bajo control, agazapado, en un segundo plano, esperando su oportunidad. Seguro de sí mismo. Hizo dos birdies en el 6 y 8 y soltó el gran latigazo en pleno amer córner. Enlazó cuatro birdies soberanos entre los hoyos 12 y 15. Pim, pam. Pim, pam. Sencillo. Sin alardes. Sin hacer ruido.

El ruido se escuchaba por delante. Tiger Woods iba provocando un terremoto en Augusta. En modo vintage, recordando su versión más poderosa, con tres birdies seguidos en el 6, 7 y 8, a los que añadió un final fabuloso con aciertos también en el 13, 15 y 16. Se desataba la locura en el Masters. El campo rugía como en sus mejores tiempos. La diferencia es que antes esta escandalera amedrentaba, atenazaba al resto. Y ahora es un gaje más del oficio.

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Molinari no se asusta por esto. Molinari ya ha ganado un Grande jugando el domingo con Tiger Woods. Molinari ha ganado cinco puntos en una Ryder Cup. Y allí sí que se grita. Allí sí que hay presión. Esto no es más que otro día de golf, tenso cómo no, pero con el que se puede lidiar si uno está jugando bien.

Molinari se ha convertido en un jugador mayúsculo y en jornadas como hoy lo ha vuelto a demostrar. No hace mucho tiempo, al valorar la opciones de victoria de Francesco en un Grande, cualquier analista medianamente informado habría dicho: cuanto más duras sean las condiciones, mejor para él. De tee a green no hay muchos jugadores mejores, por lo que si todos sufren, él sobresale.

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Hoy ha sido el sábado más fácil de la historia del Masters. Donde se ha hecho la media de golpes más baja en una tercera jornada. Era un festival. Se han hecho tres vueltas de 64 golpes. Sólo hoy. Mientras que entre 1934 y 2018, es decir, desde la creación del Masters hasta el año pasado, se habían visto dos en total en tercera vuelta. Además, se han hecho siete vueltas de 67 golpes o más bajas, la segunda cifra más alta de todos los tiempos. Ha sido un día de ataque. No ha soplado una gota de viento y los greenes estaban más tiernos que nunca. Terreno abonado para artilleros. Pues bien, en estas condiciones, Molinari ha sido el mejor entre los mejores. Otro jugador. Otra dimensión a la que no le falta ni siquiera instinto asesino.

Los tee times del domingo se han adelantado y los jugadores saldrán de tres en tres. Esto significa que Tiger Woods estará en el partido estelar, con Molinari y Finau. Es su oportunidad de devolverle la pelota de Carnoustie, donde también jugó con el italiano y vio cómo se llevaba la Jarra de Clarete. Desde luego, Tiger parece el mejor dispuesto para poner en dificultades a Francesco. Está jugando muy bien, sin errores, pateando muy sólido y recuperando a un nivel magistral. Si no es la mejor versión de su carrera, se le parece mucho.

La realidad es que viendo el nivel de Francesco parece difícil pensar que los jugadores que están en ocho bajo par (Kuchar, Harding, Schauffele, Oosthuizen o Dustin Johnson) puedan tener opciones. Desde luego, pasaría por una vuelta histórica de cualquiera de ellos. De lo contrario, habrá que pensar que una vez más, como ha ocurrido en el 94 por ciento de las ocasiones, el campeón de la Chaqueta Verde saldrá del top 5 del torneo después de la tercera jornada. Y entre ellos, la verdad es que Molinari se lo ha puesto a todos muy crudo.

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