Jon Rahm sabe que la victoria en el Masters de Augusta es ya casi una quimera, pero no será precisamente él quien cierre la puerta cuando aún quedan 18 hoyos por delante. El de Barrika está a siete golpes de Francesco Molinari. La distancia es muy grande, pero siente que ayer encontró algo en su vuelta que le puede permitir jugar muy bien este domingo. Desde luego, lo va a intentar. No renuncia a nada.
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Una reacción algo tardía… “No fue un gran día. Tuve un comienzo bastante malo en los primeros cuatro hoyos. No pude hacer nada y luego me enderecé un poco, pero tardé mucho tiempo hasta que conseguí algo a mi favor, que fue el eagle del 13. Eso fue genial, pero ya se había abierto una gran brecha con el resto”.
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Encontró una buena sensación a mitad de vuelta… “El domingo es un día completamente nuevo. Los hoyos 13 y 15 salvaron la ronda por completo y me dieron una oportunidad remota. Lo único que me da impulso es que empecé a jugar mucho más sólido desde el hoyo 8, incluso desde el 7. Todos los golpes de salida fueron buenos y los tiros con hierro fueron sólidos. Tal vez no en una gran línea, pero fue un poco mejor que en los últimos días. Me quedé sin hoyos para completar una remontada mejor”.
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Un domingo atípico… “Es extraño ver a un Masters por dos tees y de tres en tres, pero el objetivo es acabar el domingo. Creo que vale la pena. Es de esperar que todo el mundo juegue con el mismo tiempo y ojalá eso nos pueda dar una ventaja a los que tenemos que venir desde atrás”.
