Todos los que conocen bien a Jimmy Walker están de acuerdo en dos cosas. La primera es que se trata de un buen tipo. La segunda es que fue Butch Harmon quien lo transformó en un ganador. La eclosión de Walker como jugador no se podría entender sin el apoyo del gurú que también impulsó las carreras de Tiger Woods, Adam Scott, Rickie Fowler, Phil Mickelson y tantos otros. Eso sí, los inicios de la relación entre Harmon y Walker no fueron fáciles. Hay que decir que el golfista formado en la Universidad de Baylor puso mucho de su parte.
Corría el mes de abril de 2013 cuando Walker dijo basta. Llevaba tres años seguidos metiéndose en los playoffs de la FedEX, incluso en 2011 y 2012 llegó hasta el tercer playoff. Se ganaba la vida más que bien, iba sobrado económicamente, pero no ganaba y eso lo atormentaba. Pasaban los torneos y Walker, un gran jugador alabado por sus compañeros, seguía en blanco en el PGA Tour. Cada semana perdida era una piedra más en la mochila de este apasionado de la astronomía.
No sabemos si estaba mirando alguna constelación cuando tomó la decisión, pero lo que sí sabemos es que en abril de 2013 decidió dar un giro a su carrera y mandó un mensaje a Butch Harmon. Fue una especie de SOS. «Necesito ayuda». Harmon, probablemente el mayor gurú de los Estados Unidos, tardó tres semanas en responderle. «Cuando recibí el mensaje llamé a algunos amigos míos y les pregunté: ¿alguien sabe quién es Jimmy Walker? No caía en ese momento», aseguraba entre risas ayer mismo a los compañeros de Golf Channel minutos después de ver cómo su pupilo levantaba el trofeo Wanamaker del PGA Championship.
Harmon es uno de los entrenadores más solicitados de Estados Unidos, sino el que más, y no es fácil concertar una cita con él. Una vez que ubicó a Walker en el mapa del PGA Tour quedaron en verse. Pasaron un día juntos, conectaron rápido y en las siguientes semanas mantuvieron la comunicación a distancia. Walker le mandaba vídeos de su swing y Harmon los comentaba. Un buen día, Butch dejó de responder… «De repente sólo hubo silencio. Una buena cantidad de mensajes se quedaron sin respuesta», explicó tiempo atrás Walker durante una entrevista. El ganador del PGA no entendía nada. Fue ahí cuando entró en escena Erin Walker, la mujer de Jimmy. Pronto descubriría Harmon su fuerte carácter.
«Recibí un mensaje suyo, me dijo que era la mujer de Jimmy Walker y que si no quería entrenarlo no tenía más que decirlo porque necesitaban seguir adelante y buscar otras soluciones si mi respuesta era no», recordaba ayer el propio Harmon. Cinco minutos más tarde escribió a Jimmy: «lo siento, he estado muy ocupado».
Sin duda, las ganas de progresar y el enorme interés que le puso Walker fue clave para que Harmon le prestara toda su atención. Forjaron una estrecha amistad y el éxito fue extraordinario e inmediato. Comenzaron a entrenar juntos seriamente a mediados de 2013 y en octubre de ese mismo año Walker ganó su primer torneo. En febrero ya tenía tres victorias. «No cambiamos casi nada mecánico, sólo algunos pequeños detalles. Me di cuenta que lo más importante era conseguir que tuviera fe en sí mismo, que confiara en sus posibilidades. Jimmy era y es un magnífico jugador y sólo necesitaba creérselo. Le recordé que un golfista que ha ganado en todas las categorías posibles no debe tener problemas tampoco para ganar en el PGA Tour. Venía de una gran carrera amateur, había sido de los mejores universitarios, ganó en pequeños circuitos de Estados Unidos, en el Web.com Tour y cada año mantenía con tranquilidad la tarjeta del PGA Tour. No había nada que hiciera pensar que no podía ganar…», recuerda Harmon.
Desde 2013 Walker ha ganado todos los años, acumula seis triunfos en el PGA Tour, ya tiene un major en sus vitrinas y ha jugado una Ryder Cup y una Presidents Cup. Tiene 37 años y es el vivo ejemplo de que quien la sigue la consigue. Seguramente, un buen trozo del Wanamaker pertenece a Harmon, otro a Jimmy Walker y un tercero igual de grande a Erin.
