El accidentado final, pero final al fin y al cabo de la tercera ronda del PGA nos ha dejado una situación anómala: los cuatro primeros de la clasificación saldrán a jugar la ronda decisiva en partidos distintos y con una ventaja de cuatro o cinco golpes sobre sus compañeros de juego. Son lo que tienen las tormentas eléctricas… Sin que pueda ni deba descartarse el ataque furibundo de algún otro candidato, porque a este campo sí se le puede hacer ahora mismo un resultado muy bajo si se juega muy bien, los cuatro grandes favoritos al triunfo final después de 54 hoyos son estos:
1. Jimmy Walker (-11) es el líder en solitario y jugará la cuarta vuelta junto a Robert Streb (-7), que ha perdido fuelle (vuelta de 72). El veterano estadounidense ha reaccionado cuando parecía que se desangraba poco a poco, cerrando un parcial de cuatro menos por los últimos nueve del Lower course de Baltusrol, para firmar una tarjeta de 68.
2. Jason Day (-10) tiene a tiro de piedra la reválida de su único Grande hasta la fecha. Y viene metido en su temible burbuja, según parece, puesto que liquidaba la tercera ronda sin un solo bogey. Jugará la ronda final junto a Emiliano Grillo (-4), que después de firmar nueve pares consecutivos perdía pie (o la paciencia) por la segunda mitad del recorrido, la que en apariencia es menos complicada. Tiene margen sobrado el joven argentino de firmar todavía su mejor resultado en un Grande (fue 12º en Royal Troon hace unos días), pero no parece que aspire ya al triunfo.
3. Henrik Stenson (-9). Del sueco, y a los hechos recientes hay que remitirse, se puede esperar lo mejor en una última ronda de Grande con el título en juego. A su lado no marchará un inspirado y motivador Mickelson, es cierto, sino Martin Kaymer (-4), que se ha quedado asimismo muy retrasado. El último en ganar British y PGA de modo consecutivo fue Rory McIlroy en 2014.
4. Brooks Koepka (-9). Con 26 años, este explosivo pegador de Florida (es mucho más que un pegador, por supuesto), criado en sus inicios profesionales en el Challenge Tour europeo, no deja de subir escalones. Está disputando su decimotercer major, pero no parece muy dado a los gafes ni supersticiones… Sólo ha ganado un torneo en el PGA Tour y otro más en el European Tour (además de sus cuatro victorias en el Challenge), pero parece empeñado en saltarse el orden establecido.
Sólo queda cruzar los dedos para que no llueva demasiado (el campo está muy castigado) y para que la tormenta eléctrica que se espera a eso de las siete de la tarde (una de la madrugada en la península), salude tímidamente o haga un regate a Baltusrol. La idea de la organización es acabar el lunes el torneo en caso de que haya que volver a suspender.
