El australiano Craig Hocknull fue uno de los grandes protagonistas de la última edición del PGA Championship. Nacido en Papúa Nueva Guinea, un estado independiente en Oceanía, logró meterse en el primer major de su vida a través de las 20 plazas reservadas para los profesionales de la PGA, superando entonces un evento final en el Bellerive Country Club.
Su historia saltó a la luz cuando fue preguntado por los nervios que podían atenazarle al verse en un evento de tal magnitud. Cuestión a la que Hocknull respondió desvelando un episodio de su juventud, cuando estudiaba en la Universidad Estatal de Jackson, en Mississippi, sobreviviendo a un atraco a mano armada junto a sus compañeros de habitación.
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Craig y sus amigos pasaban la noche en su apartamento cuando dos asaltantes, con pistolas, intentaron acceder por la puerta principal. Hocknull, que había abierto sin preguntar, reaccionó rápido golpeando con la puerta en el brazo de uno de los ladrones, antes de cerrar y llamar a la policía.
«Fueron minutos aterradores», reconoció. «Al crecer en Australia, no recuerdo haber visto nunca un arma de fuego. Pero en cuanto llegué a Estados Unidos la cosa fue diferente… Supongo que ni siquiera debí abrir la puerta. Tengo que dar las gracias por estar vivo, pude golpear al asaltante, cerrar la puerta y echar el cerrojo».
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Craig se puso tan nervioso que marcó mal el número de la policía. Así que estuvo encerrado en el apartamento junto a sus compañeros durante más de media hora hasta que les asistieron. «Fue aterrador para todos. Mis compañeros cogieron bates de beisbol, un palo de golf… Temíamos que rompiesen los cristales de las ventanas y entraran por ahí. Apagamos las luces mientras esperábamos, duró una eternidad», recuerda.
Superado el trance, Hocknull ha logrado forjar una fascinante trayectoria en el mundo del golf. En el Outback Golf Show del 2003 se vistió de Cocodrilo Dundee para hacer un espectáculo, antes de convertirse en profesor de golf en Estados Unidos.
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Es miembro de la PGA de Australia, América y Canadá, y en 2016 ganó el campeonato de profesionales de Canadá. Ahora, divide su tiempo entre su papel como entrenador en Arizona, en una academia que él mismo fundó, y las clases particulares de golf en un club privado de Utah, en verano.
Clasificado en el puesto 2.043 del ranking mundial, Craig logró un puesto 35º empatado en el NSW Open de Sídney del 2017, en Australia, antes de disputar su único evento del PGA Tour, el Phoenix Open, en el que falló el corte. El año pasado ya logró jugar el PGA Championship, algo inesperado para él. «Nunca he asistido a un major y menos para jugar. Es surrealista trabajar tan duro toda tu vida y que tu sueño al final se haga realidad así», dijo. Este año, repite experiencia.
