Inicio PGA Championship PGA Championship 2019 Koepka sufre como hombre para seguir ganando como un semidiós

Koepka sufre como hombre para seguir ganando como un semidiós

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Brooks Koepka posa con el trofeo del campeón del PGA Championship 2019. © Golffile | Ken Murray
Brooks Koepka posa con el trofeo del campeón del PGA Championship 2019. © Golffile | Ken Murray

Brooks Koepka (-8) ha completado la gesta. El botín recogido en las dos primeras rondas, inmenso, casi inabarcable, ha resultado suficiente para amarrar el PGA Championship 2019, su cuarto Grande en menos de dos años, confirmándolo, por si quedaba alguna duda, como el ‘killer’ entre los ‘killer’ de la actualidad en los Grandes. Nadie, a día de hoy, resiste la comparación con el chico de Florida, que ha ganado cuatro de los últimos ocho ‘majors’ en los que ha participado (se perdió el Masters de 2018 por lesión). De hecho, una serie de este calibre sólo la han hecho en la historia Jack Nicklaus, Ben Hogan y Tiger Woods.

El viernes ya señalábamos que a Koepka podían bastarle dos rondas más al par del campo para ganar tranquilamente. Pero la realidad, una vez más, ha superado a la ficción: le ha bastado con un parcial de +4 durante el fin de semana.

No ha sido una gran última jornada de Brooks (vuelta de 74, cuatro más en el día). Jornada, por cierto, de una dificultad extrema con rachas de hasta cuarenta kilómetros por hora sobre el recorrido neoyorquino. Incluso, cuando ya no se esperaba, hasta hubo emoción y sobrevoló sobre Bethpage el fantasma de la marimorena. Dustin Johnson (-6), quién si no, se había empeñado en que este último día no fuera un paseo al atardecer de su buen amigo. Era el único jugador de los últimos partidos que le estaba ganando la partida al campo con claridad y al paso por el meridiano de la ronda había dejado en cuatro golpes la desventaja de siete con la que partía. Pues sí, todavía había algo que rascar.

Brooks Koepka. © Golffile | Ken Murray
Brooks Koepka. © Golffile | Ken Murray

Sin embargo, inmediatamente, casi coincidía en el tiempo un bogey de D.J. en el 11 con un birdie de Koepka en el 10 y en ese momento todo parecía visto para sentencia. Error. No aprenderemos nunca…

Bjerregaard consigue el único hoyo en uno de la semana en Bethpage

Acto seguido, el de Florida encadenaba cuatro bogeys entre los hoyos 11 y 14, lo que unido a un birdie de Johnson en el 15 abría de par en par las puertas a una remontada histórica. Un error, por aquí, otro por allá, sobre todo desde el tee, los nervios que aparecían, putts que ya no entraban… Había que estarlo viendo para creerlo.

Sin embargo, cuando incluso la sombra de un desempate se alargaba y se alargaba, Dustin se volaba el green del 16. Es muy probable que el viento, algo enrachado, le gastara una mala pasada con un descenso brusco de intensidad. O puede que el de Carolina arriesgara un pelín más de la cuenta, tratando de dar la puntilla y yendo a por esa bandera que aguardaba tan retrasada. Él tenía la clara sensación de haber pegado un gran golpe: “todavía no sé cómo mi bola se ha volado el green”, señalaba incrédulo minutos después de acabar la vuelta.

Pese a todo, hay un dato de Rafa que tiene mucho valor…

El caso es que, ahora sí, el bogey y el consiguiente frenazo en seco, concedían al líder un margen que debía ser suficiente. No digamos cuando, a continuación, un D.J. muy tocado encadenaba un nuevo error en el 17.

Hace ya algún tiempo que Brooks Koepka aprendió a ganar Grandes con naturalidad. Hoy, en Bethpage Black, incluso ha aprendido a celebrarlos como dios manda. Con el puño al aire, un profundo suspiro de alivio, diez sonrisas de oreja a oreja y hasta con la punta redonda de una lágrima asomando.

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Mientras este muchacho sigue escribiendo semejantes renglones en la historia del golf (qué cosa más asombrosa e inexplicable esta de ganar más Grandes que torneos del calendario regular en los grandes circuitos), los demás seguiremos esperando, entre atónitos y curiosos, a ver cuando Dustin Johnson gana de nuevo un ‘major’, porque es absolutamente absurdo, se mire por donde se mire, que sólo tenga uno anotado en el palmarés.

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