Inicio The Open Championship The Open Championship 2014 No queda más remedio que ser optimistas…

No queda más remedio que ser optimistas…

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Todas las sensaciones que desprende la Armada española son buenas. ¿Optimismo ingenuo? No. Hay que decirlo bien claro. La semana ha transcurrido de modo muy positivo para los españoles.

Con alguna salvedad, es cierto. O puntualización. Gonzalo Fernández Castaño no se encuentra a gusto. No termina de recuperar la confianza. Pero incluso en este sentido hay que aclarar: su juego, en general, no está tan perdido o desajustado. Y  su juego corto parece en perfecto estado de revista.

Sergio se mueve en la línea de 2014. Muy a gusto. Muy tranquilo. Sin mirar más allá del golpe siguiente, eso también es cierto. Recuerden: llega a esta cita con la mejor media de golpes por vuelta de la temporada en el PGA Tour, ligeramente por encima de 69. Da la sensación de que si es capaz de encadenar buenos registros de entrada, aguantará mejor que nunca la presión de verse arriba.

Miguel Ángel Jiménez no pierde el tiempo, aunque tampoco lo diga en público: quiere ganar y ese es el gran objetivo. Nadie mejor que él sabe lo difícil que es, pero no renuncia ni en la peor de sus pesadillas.

Pablo Larrazábal necesita quitarse la espina de Pinehurst, donde jugó 27 hoyos modélicos y se despeñó en nueve. Muestra determinación.

Rafa Cabrera no descarta echar la puerta abajo esta semana. Tampoco se engaña ni promete quimeras. Se le ve relajado, dicho en el mejor de los sentidos. Él ya se ha demostrado que lo puede hacer bien en un links y con mal tiempo, que eran dos de sus grandes retos.

– Hay un hoyo en Royal Liverpool que estuvo a punto de tirar por la ventana todo un Grand Slam. Se trata del hoyo que ustedes verán esta semana como hoyo 10 del Royal Liverpool, habitualmente el hoyo 8 cuando no se juega el British en este campo, es decir, casi siempre…

Bobby Jones jugó este par 5 de forma desastrosa (en aquellos tiempos sí se jugaba como hoyo 8) en la última ronda de su victoria en el British de 1930. Firmó un doble bogey que puso en peligro su victoria y su Grand Slam…

El gran amateur norteamericano había puesto la bola muy cerca del green de segundo golpe, por la izquierda, en una pequeña vaguada, tras pegar un gran drive y una buena madera 3. Su bola reposaba en perfecta situación a poco más de quince metros del hoyo. Tenía, entonces, alguna opción de eagle si embocaba el aprochito. Muchas más opciones tenía, por supuesto, de birdie, y ese era el objetivo realista del jugador americano, tal y como confesaría más tarde, para reafirmarse en lo alto de la clasificación. Ni que decir tiene que el par lo tenía hecho. Por cierto, Jones jugó aquel par 5 sobre unos 440 metros, sensiblemente más corto de cómo se ha jugado hoy miércoles (unos 475 metros). Pero hay que pensar los tiempos que corrían y los materiales aquello…

El caso es que el asunto se le fue complicando. Trató de hacer un primer aprochito ajustando mucho la fuerza, porque el green recibía ligeramente en cuesta abajo, pero dejó la bola justo al borde del green. Afrontaba ahora el tercer golpe y decidió chipear de nuevo… Esta vez aquello fue una especie de salto de rana muy pobre que, a pesar de rodar cuesta abajo, dejó la bola tres metros corta del hoyo. Se dispuso entonces para patear para par, ya definitivamente encendido… Y erró de nuevo el tiro. En fin, el bogey estaba hecho, eso sí, porque su bola se había pasado del hoyo menos de treinta centímetros. Pero también falló el de vuelta.

Después confesaba a Oscar Bane Keller, periodista deportivo íntimo amigo suyo y biografo del jugador, que ese hoyo lo jugaría en su cabeza miles y miles de veces. Y que era sin duda lo peor que él había hecho en un campo de golf.

La moraleja de todos modos es otra. Con diez hoyos por delante y el título en juego aún pudo recomponerse. “Caminando hacia el hoyo 9 estaba destrozado.Sólo pensaba que todo el esfuerzo realizado se había esfumado en un momento. Y no estaba mirando al Grand Slam, sólo al campeonato. Fui incapaz de hacer los cálculos acerca de lo que podría necesitar para ganar, así que resolví jugar lo mejor que pudiera para dejarme alguna opción”. No le salió mal del todo. 

– Henrik Stenson es un tipo que no tiene desperdicio. Hoy ha jugado junto a Rafael Cabrera Bello y Sergio García la vuelta de prácticas. Su fino sentido del humor reluce antes o después.

En la rueda de prensa que ha ofrecido, y en vista de que no dejaban de hacerle preguntas acerca de su emparejamiento con Tiger el jueves y el viernes, comentaba: “creo que Tiger no duerme bien desde que supo que jugaría conmigo. Se le ve cansado…”. Y después, más en serio, pero sin arredrarse: “alguna vez he conseguido batirle. Intentaré hacer mi juego tan bien como pueda, porque alguna vez eso fue suficiente para ganarle. Él sólo es uno de los jugadores a los que tengo que ganar para hacerlo bien esta semana. Sería un buen comienzo saber que puedes batirle”.