Inicio The Open Championship The Open Championship 2016 La lección que Jon había aprendido y se olvidó de aplicar
Vuelta de 73 de rahm en la tercera jornada del british open en royal troon

La lección que Jon había aprendido y se olvidó de aplicar

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Seis primeros hoyos espléndidos, casi modélicos, salvo que nos pongamos tiquismiquis, porque siempre se puede mejorar; dos corbatas muy dolorosas (hoyos 7 y 11, en putts cortos para salvar el par); Un hoyo asesino, el 10, donde todo salió mal (triple bogey); y otros seis hoyos, los últimos de Royal Troon con viento cruzado y más bien en contra, esplendidos también, pateando en todo momento para birdie y casi siempre desde distancias más que razonables para convertir. Si usted buscaba un resumen telegráfico de la tercera ronda de Jon Rahm en el Open Championship, quizá este pueda servirle.

El vasco salía a por todas (ha pegado 12 drives de 13 posibles, porque en el 16, par 5, si lo pegas bien te vas a la ría que atraviesa la calle), muy agresivo, y en el hoyo 6 marchaba tres menos en el día. Tirando del manual de la excelencia. Todo iba sobre ruedas, asumiendo incluso el bogey del 7, hasta que se puso en el tee del hoyo 10. «De lo único que me arrepiento en esta vuelta es de haberme precipitado en el tee del 10. No he recordado la lección que aprendí ayer: apuntar veinte metros más a la izquierda», señalaba el jugador español. El viernes aún salvaba un buen par, pero el sábado se caía con todo el equipo. Su bola terminaba en una posición horrorosa por la derecha, trataba de sacarla a calle sin apenas moverla, de tercer tiro la empujaba unos cuarenta metros hacia adelante, pero otra vez al rough, desde allí al borde de green, aprochito y dos putts. Un triple bogey en toda regla y vuelta a la casilla de salida. «Me ha sabido mal por la gente, que vienen a verte y, hala, tu vas y haces un triple bogey». Ciertamente, eran muchos los aficionados españoles que acompañaban a Rahm, aunque en honor a la verdad, disfrutaban más que sufrían.

Tras el aparatoso accidente, más trompicones: bogey en el 11 tripateando y otro más en el 12 desde el centro de la calle… Aquello pintaba muy mal. Pero Rahm es algo así como un búfalo, que se vuelve a levantar cuando las leonas creen tenerlo atrapado. «Estoy contento, porque cuando las cosas se han puesto cuesta arriba he pensado que esto podía ir muy mal, porque los hoyos que me quedaban eran muy difíciles. Sin embargo, he acabado jugando muy bien, pegando muy buenos tiros y con muchas opciones de birdie. Creo sinceramente que he jugado bien, salvo un hoyo que me ha salido muy caro«, señalaba. Resultados en directo.