Primer Open Championship en la carrera de Jon Rahm. El balance no puede ser negativo después de haber jugado las cuatro rondas. Dos Grandes, dos cortes pasados. Misión cumplida y con nota.
«Todavía tengo que pararme a pensar, pero diría que la enseñanza que me llevo es, en primer lugar, que un golpe menos puede ser importante, hay que estar metido todo el tiempo. Además, según he visto en el US Open y aquí, está claro que en un major todo se te puede ir en un hoyo o en una pequeña secuencia de hoyos».
Rahm entiende que su estilo de juego no casa tanto con el British (bola alta, drive a saco…), pero tampoco le preocupa. Se trata de aprender y de adaptarse según va uno cogiendo experiencia. Y lo que más llama la atención es lo absolutamente asumido que tiene que él ha llegado a la élite para quedarse. De hecho, valoraba con absoluta normalidad el hecho de regresar a Royal Troon cuando la rotación del Open lo dicte. «Cuando vuelva aquí dentro de diez años estaré mucho más experimentado», señalaba sonriendo.
Es una confianza desbordante la suya que, como ha quedado suficientemente explicado en esta misma página, no está peleada con la humildad y las ganas de aprender. Rahm ha jugado su última ronda en Troon junto a Graeme McDowell y han ido durante muchos momentos en animada charla. El norirlandés confesaba a algunos compañeros de los medios anglosajones que el español desborda confianza… Pues eso.
Rahm ha dejado esta semana cosas más que interesantes, especiales, como los seis primeros hoyos del sábado y algunos excelentes finales de vuelta en el tramo más complicado del campo. Pero no ha estado cómodo con su juego ni ha podido producir el resultado suficiente para estar arriba. Tiempo habrá, no cabe duda. Si él lo tiene asumido, por qué no lo vamos a asumir los demás…
Ahora regresa a Canadá para continuar con la aventura de obtener los derechos de juego del PGA Tour en un puñado de torneos. «Mi juego está muy americanizado, es cierto. Ahora recuperaré mi ritmo, mi juego, que está basado en el driver», reconoce antes de marcharse sonriente junto a Tim Mickelson, su coach y ya ex entrenador jefe del equipo de golf de Arizona State, porque ha dejado este trabajo para centrarse en Rahm. Seguro que le merece la pena. Siga aquí los resultados en directo.
