Era un día de supervivencia y Jon Rahm lo sabía. Tocaba armarse de paciencia. Si se empieza con tres bogeys, como hizo, pues nada, a mirar hacia adelante con la cabeza alta y no perder nunca de vista que al final esperan dos pares 5 en Royal Birkdale que son como el bálsamo de Fierabrás. Esa era la estrategia y funcionó de maravilla incluso cuando la vuelta se puso más tensa.
Y es que la ronda de Rahm llegó a circular en muchos momentos por el alambre. Arrancó con tres bogeys y cometió otros cuatro consecutivos entre los hoyos 11 y 14 que lo pusieron contras las cuerdas con +5. “Adam, tenemos que hacer un par de birdies para no sufrir al final por pasar el corte”, le comentó a su caddie en el tee del hoyo 15.
Así fue. Birdie al 15 y al 17. “La clave ha sido no presionarme demasiado con los pares 5 y pegar dos buenos drives, altos y a la derecha que me han permitido hacer metros y arañar ahí dos golpes al campo”, aseguró Jon tras firmar una tarjeta de 74 golpes para un total de +3.
Lo de pegar dos buenos drives altos y por la derecha no es ninguna casualidad… El problema de Jon, ahora mismo, son los golpes que tienen que salir por la izquierda, y la culpa es del isquiotibial derecho. Las molestias que el jugador de Barrika tiene en esa zona posterior de la pierna le impiden desgirar como es debido y en los golpes que necesita sacar por la izquierda tiene dificultades. “No es un problema de flexibilidad porque soy flexible, sino de que esa tirantez no me permite acabar el golpe como quiero cuando quiero salir por la izquierda y me empuja a cometer errores. Al final, he optado, en los hoyos donde teníamos el viento de la izquierda, a apuntar como 50 metros a la izquierda y confiar en a que la cogiera el viento”, señala.
Como pueden ver, es una dificultad añadida con la que está jugando Jon Rahm esta semana. No está pegando a la bola como quiere, aunque tampoco parece que sea una lesión como para preocuparse. “El fisio me ha dicho que es un tema de fatiga muscular, por lo que no creo que sea una lesión que vaya a más”, explica.
Rahm también está con la mosca detrás de la oreja por otro asunto: no empieza bien las vueltas. “llevo ya tiempo en el que no consigo arrancar con fuerza una ronda de golf, con varios birdies y sin bogeys. En Irlanda lo hice más o menos, pero tampoco. Parece que me cuesta empezar las vueltas y es algo que tenemos que mirar y corregir para no ir a contracorriente”, apuntaba Jon. Después de escucharle, yo desde luego no me perdería sus primeros cinco hoyos de este sábado.
Jon se encuentra en mitad de la clasificación en el Open Championship. Está lejos del líder, pero no va a tirar la toalla, ni mucho menos. “Ganar, podemos ganar todos los que hemos pasado el corte. Si me preguntas si puedo ganar, te digo que sí, si me preguntas si tengo que jugar mejor, también sí”.
