La figura de Rafa Cabrera Bello se agiganta cada año que pasa, cada mes, cada semana, cada torneo, cada golpe. Si el domingo pasado conquistaba el prestigioso Open de Escocia de las Rolex Series con una ronda final extraordinaria y un desempate de película, hoy ha rubricado un Open Championship sensacional tras acabar cuarto en Royal Birkdale empatado con Rory McIlroy.
Es el mejor British de su carrera. Su primer top ten en un Grande. Un paso adelante. Otro más. Al canario ya sólo le queda un último escalón: ganar un Major o un Campeonato del Mundo. Son palabras mayores, por supuesto, pero ahí lo tiene. Hoy ha demostrado, por si alguien aún lo dudaba, que tiene todas las armas para conseguirlo.
Rafa ha jugado de manera brillante en la última ronda del Open Championship. Ha peleado de principio a fin por quedar lo más arriba posible y hasta se ha metido en la pelea por la victoria, y es que ha habido un momento en el que acabar siete o seis bajo par parecía que podría ser sinónimo de triunfo. Ha sido el tiempo que ha durado la terrorífica pájara de Jordan Spieth. Después, la recuperación antológica del texano puso el triunfo imposible y Rafa acabó a siete golpes.
Cabrera Bello ha entregado una tarjeta final de 68 golpes, la tercera de la semana bajo par, con tres birdies y un solitario bogey. Ha domado al fiero Royal Birkdale con un golf sólido aderezado con una tremenda garra. Se ha mantenido firme y consistente durante toda la ronda, mientras a su derecha e izquierda se iban desmoronando jugadores como Dustin Johnson, Hideki Matsuyama o Henrik Stenson. Una enorme demostración del golfista grancanario.
Su ronda de golf ha sido muy buena y no ha estado nada lejos de ser fabulosa. Le ha faltado una pizca de suerte para haber provocado un terremoto aún mayor en Royal Birkdale. En el 12 estuvo a punto de hacer hoyo en uno, en el 13 tocó hoyo con un chip para birdie desde fuera de green y en el 17 volvía a tocar hoyo desde el búnker para eagle.
Cierto es que todo esto se compensó con el golpe de fortuna que tuvo en el hoyo 18. Trató de pegar una salida al fade, pero le salió slice y el viento hizo el resto. Su pelota viajaba irremediablemente hacia fuera de límites, pero milagrosamente se quedaba dentro del campo. Además, como estaba muy cerca de la valla que separa al público, aún pudo dropar sin penalidad y la bola se le quedó muy bien. Pegó un golpe sensacional y se dejó una espléndida opción de birdie que no entró.
Rafa sigue creciendo en todo. Subirá un puesto en el ránking mundial, dará un salto importante en la FedEX Cup y se acercará al tercer puesto de Jon Rahm en la Race to Dubai. Cabrera, más alto, más fuerte, más grande.
