Tenso y nervioso. Así estaba Jorge Campillo (+1) al cruzar la pasarela en alto que une el campo de prácticas con el tee del 1, por donde los jugadores van accediendo cual gladiadores a la arena del circo según llega su hora de salida, caminando despacio y ensimismados, allá arriba, especiales e intocables.
Aparece Tiger y se te planta justo al lado en la calle de prácticas…
Lo que ocurre es que, como todos sospechamos, son de carne y hueso, de nervio y pelo. Y si tienen que afrontar por primera vez en su vida la experiencia de pegar un primer golpe en un Grande, pues el asunto pesa lo suyo. Nada como reconocerlo con humildad y sentido del humor y eso es lo que ha hecho el extremeño, que ha dado la cara con gallardía en su estreno con una vuelta de 72 golpes, un resultado que hay que catalogar como bueno.
“Hacía mucho que no me ponía tan nervioso en un tee. El hierro 4 en el tee del 1 es un golpe fácil, pero hasta el fuera de límites de la izquierda, que está tan lejos, lo veía más cerca. He intentado ir con ritmo, pero he pegado un push slice… Menos mal que se ha quedado más o menos bien”, señalaba. Todo influye: la gente, el lugar, el torneo, el túnel de acceso al primer tee después de cruzar la pasarela, las gradas, el anuncio solemne de tu nombre…
De D. J. a Molinari, pasando por un elenco de candidatos nunca visto
Sin embargo, al cabo de los dos primeros hoyos, en los que se ha sentido algo envarado por la tensión, pero bien salvados con sendos pares, Campillo ya estaba metido en faena, jugando el golf consistente que le ha traído hasta Carnoustie, hasta el British Open por primera vez. Y no es exagerado ni generoso afirmar que el registro de uno sobre par no ha hecho justicia con el español, que se ha dejado varias opciones por el camino y que apenas ha fallado dos golpes en toda la ronda.
A pesar de la derrota ante un adversario, el campo, que se iba poniendo más y más duro según caía la tarde sobre esta esquina de Escocia, se ha visto a un Jorge satisfecho y consciente de haber pasado una dura prueba y de haber estado sobradamente a la altura de las circunstancias. Eso sí, con un ‘pero’: “no he tenido lo que hay que tener para pegar el driver en el hoyo 6”, el primer par 5 del recorrido, señalaba con una sinceridad que desarma.
