Inicio The Open Championship 2018 Crónicas de un árbitro desde Carnoustie Con la piel de gallina en el hoyo 18

Con la piel de gallina en el hoyo 18

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Tony Finau, llegando al hoyo 18 en uno de los últimos partidos del día. © Golffile | Eoin Clarke
Tony Finau, llegando al hoyo 18 en uno de los últimos partidos del día. © Golffile | Eoin Clarke

El segundo día de arbitraje en el Open Championship empezó con las mismas dudas que el jueves, si no más… ¿Qué me pongo? ¿Traje de agua? ¿Manga larga? ¿Manga corta? ¿Paraguas? No sé ni cuántas veces me cambié antes de tomar la decisión definitiva. Al final, salí con paraguas y jersey, sin ropa de agua, y acabé el día en manga corta. ¡¡Bienvenidos al verano de Escocia!!

En cierto modo, tengo que decir que tuve mucha suerte con mi horario de salida. Me tocó arbitrar el penúltimo partido del día, así que me libré de una buena dosis de la lluvia que cayó durante gran parte de la jornada. Acompañé al japonés Ichihara, el inglés Armitage y el galés Enoch. A éste último lo conocía del Alps Tour. Recuerdo que la primera vez que lo arbitré fue en Egipto hace ya unos años.

Jhonattan Vegas. © Golffile | Eoin Clarke

Fue otro día fantástico de golf. El ambiente del partido fue espléndido. Todo muy tranquilo. No se puede pedir mucho más para un árbitro. Tuve que intervenir en tres ‘rulings’. El más curioso fue en el hoyo 4. Ahí tuve que aplicar la Regla 26-2, que habla específicamente de una bola que se juega desde dentro de un obstáculo de agua.

Armitage se fue de salida a la ría de la izquierda. Desde ahí, dentro del obstáculo, intentó jugar la bola. Llegó a hacer contacto y la movió unos cincuenta metros, pero no llegó a salir en ningún momento del obstáculo. Así las cosas, la Regla dice que, para aliviarte, usarás el punto por donde la bola cruzó por última vez el margen del obstáculo de agua, que en este caso fue cuando entró en él desde el tee. La Regla 26-2 no es una Regla que se aplique muy habitualmente, aunque ayer me tocó a mí con Armitage y a otro compañero.

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El segundo ‘ruling’ fue también con Armitage. Ocurrió en el hoyo 12 y fue por la interferencia en su línea de tiro de una torre de televisión, una de las cosas más habituales que te pueden pasar en un torneo tan grande como el Open.

Y la tercera fue con Rhys Enoch, por la interferencia de una obstrucción inamovible en el ‘stance’. Fue en el hoyo 14. Enoch pisaba con la punta del pie un registro de riego. Pidió alivio, aunque antes tuvo que tomar la decisión de si lo hacía o pegaba desde allí mismo, ya que el caddie le preguntó si estaba seguro de si con el dropaje se le iba a quedar mejor o peor.

Zander Lombard. © Golffile | Eoin Clarke

El jugador tiene un palo para dropar desde el punto más cercano de alivio, sin acercarse al hoyo, y desde que la bola bota en el suelo puede rodar dos palos, sin acercarse al agujero, por lo que puede cambiar mucho su posición, para bien o para mal… En este caso, mejoró un poco su posición, no mucho, pero sí lo suficiente. Fue un buen alivio. Esa Regla aplicada es la 24-2.

Más allá de los ‘rulings’ quería comentar dos cosas. La primera es que en el hoyo 18 casi se me pusieron los pelos de punta. Ichihara empezó el día con +7 y acabó con +7; Armitage empezó con +9 y acabó con +7, con una gran vuelta en la que hizo seis birdies, y Enoch empezó con +3 y acabó con +3 para pasar el corte. Me llamó muchísimo la atención que había bastante gente en el hoyo 18, pese a ser el penúltimo partido del día, tras una jornada muy dura con mucha lluvia y en un partido de jugadores que no son precisamente los más conocidos del mundo. Todos los que estaban en el hoyo 18 sabían que Enoch se estaba jugando el corte, fue impresionante cómo lo animaron, así como la ovación que se llevó cuando lo consiguió. Me quito el sombrero con el público británico.

Todos los que estaban en el hoyo 18 sabían que Enoch se estaba jugando el corte, fue impresionante cómo lo animaron, así como la ovación que se llevó cuando lo consiguió

El otro dato curioso, que no sé si conocíais. El mejor torneo del mundo, o al menos uno de los más grandes, está básicamente llevado por amateurs. La mayoría de los árbitros somos amateurs, el seguimiento de los resultados se realiza por voluntarios también. Los que dirigen a los voluntarios son también voluntarios, miembros del Royal and Ancient que son muchos eminencias en sus profesiones y que esta semana están de vacaciones para ‘trabajar’ en el Open.

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Es un torneo hecho por amateurs y eso le confiere un toque muy especial. Hay familias enteras que están toda la semana como voluntarios, por ejemplo el padre arbitrando, el hijo llevando una tabla de resultados y la mujer haciendo de ‘scorer’, comunicando por un pinganillo los resultados de cada partido.

En cuanto a los árbitros, la gran mayoría somos amateurs, aunque hay también muchos profesionales de los distintos circuitos mundiales, de la PGA de América y del propio Royal and Ancient. Pero la mayoría del montaje del Open está llevado por amateurs y eso lo hace muy emocionante.