Jon Rahm (-4) había hecho una notable primera vuelta en el Open Championship que, sin embargo, había acabado de aquella manera, con dos bogeys de esos que escuecen. Y hoy se unía a esta circunstancia un doble bogey desquiciante en el hoyo 2, par 5, con la vuelta recién puesta en marcha. Desquiciante, por el modo en que se daba: tiraba un putt desde el fondo de una escapatoria, pero la bola no remontaba y le volvía a los pies, y acto seguido, tirando un chipecito, volvía a ocurrirle lo mismo: “ha sido un doble bogey estúpido, de los que duelen, porque puedes fallar el primero de los aprochitos, pero no el segundo; me tenía que haber dejado al menos una opción de par”, ha explicado el jugador.
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El caso es que, con semejante panorama, el mal final de la primera ronda y el accidentado comienzo de la segunda, unido todo ello a que las condiciones de juego eran en ese momento casi inmejorables, el joven español corría el peligro de caer en una de las clásicas trampas que propone este deporte, mucho más en la alta competición y en un Grande: la telaraña incapacitante que teje la ansiedad.
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Por eso, el resultado final de Rahmbo, una menos en el día (70), debe considerarse positivo. De entrada, lo mantiene en la zona caliente de la clasificación. Pero además resulta un duro examen aprobado. “Después del doble bogey he intentado centrarme en no volverme loco con recuperar cuanto antes. Sabía que se estaban haciendo birdies pero he conseguido aislarme y no ponerme a hacer cuentas”.
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De hecho, el de Barrika no ha jugado nada mal y ha mantenido la vuelta bajo control casi en todo momento. Si acaso le ha faltado embocar dos putts de media distancia para redondear una jornada sobresaliente. Es un buen momento para recordar lo que le ha pasado a este jugador en torneos muy recientes, concretamente en los dos últimos que ha jugado: tanto en Valderrama, donde acabó segundo, como en el Open Irlanda, que ganó, el resultado de su segunda vuelta no fue todo lo bueno que él mismo esperaba, después de sendas buenas primeras rondas… “Si esto significa que voy a ganar, como en el Open de Irlanda, pues cojonudo”, ha sentenciado el vasco con una sonrisa.
