Es el US Open y es Tiger Woods. El interés es máximo. La sala de prensa de Pebble Beach está repleta. Se suceden las preguntas en una larguísima comparecencia. Habla de todo, aunque el capítulo especial es su estratosférica victoria aquí en el año 2000 con 15 golpes de ventaja…
Sólo es una ocasión se le muda el gesto y abandona la sonrisa. Se tensa. “Eso no es asunto tuyo”, responde Tiger a un periodista cuando le pregunta por cómo marcha su matrimonio. El resto es una balsa de aceite. Incluso habló de fútbol.
Le preguntan por el partido Inglaterra-Estados Unidos del Mundial de Sudáfrica. Tiger se mete a analista y tiene un bonito gesto con el portero de Inglaterra, Green. “Nuestro empate fue un regalo, aunque el Mundial aún no ha terminado, queda mucho y espero que el portero inglés pueda volver a jugar”, señaló.
Dedicó la mayor parte de su rueda de prensa a recordar la victoria en 2000. “Es fantástico estar aquí de vuelta. Creo que hacía unos ocho años que no había vuelto. Es interesante ver los cambios que se han introducido en el campo”, explica. Tiger ganó con 15 golpes de ventaja. La pregunta del millón: “¿ha sido la mejor semana de su vida en un campo de golf?”. Tiger responde seguro: “ese mismo año en el British en St. Andrews juegué mejor, le pegué a la bola más sólido, pero aquí pateé mejor”, argumenta.
Precisamente, Tiger habló de St. Andrews. Su comentario es valiente. Estamos en Pebble Beach, posiblemente el campo de Estados Unidos más emblemático. Le proponen un juego al Número 1. Si pudiera elegir los cuatro escenarios ideales para los cuatro grandes durante una temporada, ¿cuáles serían sus elecciones?. “Escogería las cuatro veces St. Andrews”, afirmó categórico.
Tiger quedó impresionado con la distancia de Dustin Johnson, ganador aquí en los dos últimos AT&T que se han disputado. Jugó con él una ronda de prácticas y comentó que es “increíble lo largo que juega. Pegó un hierro 4 con viento en contra y 200 metros de distancia…”.
El californiano está en casa y se le ve feliz. Está optimista con su juego, que al fin y al cabo es lo más importante: «En cuanto a mi juego, estoy emocionado de dónde está… sobre cómo ha progresado», señaló. «Ha mejorado. He tenido más tiempo para practicar y jugar, está comenzando a mostrar solidez, y en realidad estoy emocionado de empezar el jueves».
¿Será verdad o un descarado ejercicio de positivismo?
Pronto saldremos de dudas.
