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Una arenga al oído…

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España cae en el Mundial ante Suiza. Años atrás, no tantos, pensaríamos: todo muy español, muy en la línea nuestra, sobre todo después de analizar con lupa la jugada del gol helvético: rebotes, a cual más fatídico, y un bravo zaguero español que termina con la cara cortada… Sin embargo, y si permiten esta intromisión desde Pebble Beach- Carmel-California-Estados Unidos, quizá no haya un modo mejor de comenzar. Al tiempo…

Digamos que España ha firmado una tarjeta sobre par un jueves cualquiera. Tres o cuatro sobre par…

La experiencia de vivir algo así en una gigantesca carpa de prensa (cerca de 4.000 metros cuadrados, tranquilamente) a miles de kilómetros de distancia y rodeado de periodistas de todas las esquinas del mundo, es surrealista. ¿Dónde estoy, qué hago aquí, quiénes somos, a dónde vamos? Japoneses que no dan crédito. Ingleses que no mudan el gesto y asienten, sólo asienten… Pero en general, qué quieren que les cuente, la indiferencia es la nota dominante. Pues eso: surrealista.

La Armada lo ha vivido de modos muy diferentes. Pablo Martín Benavides y Rafael Cabrera Bello sólo han visto un ratito del primer tiempo antes de salir a jugar junto a Casey a las ocho de la mañana. Sergio, Quirós y Jiménez sí se han quedado a ver a La Roja en sus ‘guaridas’.

Déjennos arengarles al oído, estimados locos por el deporte de la piel de toro: estirando y transformando el refranero a nuestro gusto, diremos que los que mal empieza, bien acaba. Vamos a ver si en cuestión de días no estamos cantando el segundo anillo de Pau, la primera victoria de La Roja en Sudáfrica y un top-ten en Pebble Beach (vamos a dejarlo ahí).

Vayamos pues con el golf. Con el US Open. Matemos las penas…

Esta misma noche, o quizá mañana para ustedes, por aquellos del cambio horario, daremos buena cuenta de las horas previas al inicio de este ‘major’ junto a Miguel Ángel Jiménez. ¿Con quién mejor que este malagueño que en el año 2000 quedaba en este mismo campo y en este mismo torneo segundo por detrás de un Tiger supersónico, a quince golpes, y que aún quería salir a jugar un play off de desempate con Ernie Els para dirimir el segundo puesto en solitario, el primero de los ‘mortales’?

Sergio García, por su parte, nos sigue pareciendo una incógnita. Nos negamos a descartar una gran semana del castellonense, sobre todo después de verle ayer desenvolverse bien (con brillantez, por momentos) en este paradisiaco recorrido, pero tampoco hay que engañarse. “Creo que sigo mejorando, vamos poco a poco, estoy bien, voy a hacer todo lo que pueda y espero que con eso pueda irnos bien…”, nos decía ayer. ¿Qué lectura hacen ustedes de estas palabras?

Nuestra lectura es la siguiente. Sergio García todavía no se ve a tope. Todavía no ha recuperado el ciento por ciento de su confianza. Su actitud, en todo caso, parece buena. Sana y notablemente dispuesta. No transita por el campo como quien arrastra una pesada carga. Son buenas señales… ¿Suficientes? Nuestra impresión es que no, pero si Sergio consigue mantenerse vivo y en situación hasta el viernes por la tarde… Ojo con él, porque al fin y al cabo todas sus deficiencias actuales pasan por la cabeza y él se siente ahora mismo muy cómodo en el papel de ‘tapado’. El año pasado tampoco llegó nada bien a Bethpage y terminaba con un valioso top-ten a base de actitud.

En cuanto a Quirós… Álvaro es ahora mismo una opción siempre fiable. Se trata de que consiga atar esos nervios y ligero malestar que padece en cuanto que cruza el Atlántico. Vamos por partes: a día de hoy se le ve bien en Pebble Beach, aunque rezongue entre bromas y veras: “no le estoy pegando bien, en serio, no le estoy pegando bien…”. Después, horas después, nos dice seriamente: «le estoy pegando bien… Y este campo me parece absolutamente maravilloso. Lo mejor que he visto nunca, y dudo mucho que pueda ver algo mejor».

Lo cierto es que él ya le está buscando las vueltas a Pebble Beach, y estamos hablando de un buen estratega. A priori, no nos parece un campo que le vaya excesivamente bien, la verdad, aunque estos greenes tan rápidos le gustan y él está capacitado para mandar tiros a las nubes que puedan parar un poco mejor lo más cerca de la bandera posible… Eso si el viento no se pone tonto.

«Hay que ir con la mentqa clara y la cabeza fría. Saber al menos por dónde tienes que fallar en caso de hacerlo. Los greenes son muy pequeños… Yo creo que va a ser un torneo duro. Y como sople bien el viento, ya veremos. Si sopla, eso esí, que sople para todos. Hay que jugar muchos golpes estilo links. no es que yo esté cómodo especialmente en los links, pero estoy pegándole bien», concluye el de Guadiaro.

Vamos a terminar por donde habíamos comenzado, con la Roja. Damos fe de la guasa que se gastan algunos caddies y compañeros con Quirós y la derrota de España. Álvaro emplaza a todo el mundo para más adelante… A ver quién llora entonces.