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VÍDEO | Análisis de la última jornada de Cabrera Bello en el US Open

Cabrera Bello se lleva una fea cornada de Oakmont

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El resultado en golf dicta sentencia y no se puede hacer nada contra él. Hasta aquí estamos de acuerdo. Es de perogrullo. Cuentan los golpes que das, se suman y así sale el resultado final. Sin trampa ni cartón. Sin componendas. No obstante, hay ocasiones en que un resultado es un fiel reflejo de lo que se ha visto en el campo y otras veces es que sólo una realidad retorcida. El resultado final de Rafa Cabrera Bello en el US Open es una realidad muy retorcida. Una cornada.

Rafa ha merecido mucho más esta semana que el +8 que figura al lado de su nombre en la clasificación. También ha merecido más que el puesto 32º, sin ser éste un mal resultado en un US Open. Su ronda final ha sido un colofón demasiado cruel. Ha hecho 75 golpes en un día que acabó muy lastrado por un doloroso triple bogey en el hoyo 5. Un golpe algo más pesado de la cuenta desde el búnker acabó injugable en una de las zanjas de Oakmont. Momento cornada.

Rafa trató de mantener la misma actitud positiva de toda la semana, y de la semana pasada y la anterior y los últimos meses. Buscó rápido un birdie que bajara las pulsaciones, pero a cambio llegó otro bogey en el 9. Muy pocos han jugado esta semana mejor que Cabrera Bello de tee a green, pero algunas concesiones, errores puntuales y la propia esencia de Oakmont, su dificultad, se clavaban como un asta de toro para hacerle pagar un peaje demasiado caro. Con el paso de las horas, lógicamente la fea cornada dará paso a un análisis más frío y pausado en el que debe salir lo mucho bueno que ha habido esta semana, sobre todo, ese poderío en el juego largo. «Ha sido mi mejor semana con el driver en un major y eso me lo llevo de Oakmont», aseguraba.

No es ninguna exageración decir que Rafa era esta semana carne de top ten en el US Open. Se lo ha currado con la escuadra y el cartabón en su juego largo. El canario se marcha de Oakmont con esa sensación, pero no es de los que pone paños calientes o va llorando por las esquinas. Para nada. Su computadora ya ha almacenado toda la información necesaria y va a poner remedio. Sabe en lo que ha fallado y toca seguir aprendiendo. De las cornadas también de aprenden y Rafa se va de Oakmont siendo un poquito mejor jugador, o al menos sabiendo qué debe corregir para seguir en este proceso de crecimiento imparable. Consulta aquí los resultados.