Dustin Johnson, brillante ganador de la 116ª edición del US Open, vivió momentos de incertidumbre en el tramo decisivo del torneo. En el hoyo 5, cuando estaba en plena rutina previa a tirar el putt, la bola se movió. Las imágenes de televisión captaron perfectamente la oscilación de la bola mientras el norteamericano estaba haciendo swings de práctica junto a ella. Sin embargo, hasta que llegó al hoyo 12 no tuvo conocimiento de que la acción estaba bajo investigación.
La USGA advirtió al estadounidense y decidió no tomar una decisión hasta que concluyera su ronda, provocando la indignación de varios de sus colegas de profesión, como Tiger Woods, quien calificó lo ocurrido como una «farsa», Rory McIlroy, que tras exclamar que no había ninguna irregularidad pidió a la USGA que dejaran jugar a Dustin «sin esa mierda en la cabeza», calificando a los árbitros como «amateurs», o Jordan Spieth, que de forma más políticamente correcta dijo que no podía «sostenerse la decisión tras ver múltiples tomas».
Por fortuna para Johnson, su concentración se mantuvo en los hoyos finales y su juego, unido a los errores de sus rivales, le permitió llegar con cuatro golpes de ventaja al final. Fue penalizado con un golpe, por lo que su distancia sobre Shane Lowry, Jim Furyk y Scott Piercy se redujo finalmente a tres golpes. Ayer, tras la celebración de su primer grande, llegó el momento de intentar poner freno a la polémica.
En declaraciones a Sky Sports el estadounidense explicó cómo afrontó la situación durante su partido: «Me dije a mí mismo que trataría este asunto cuando todo estuviera hecho. Estaba jugando bien así que aparté ese tema de mi mente y me enfoqué en cada golpe. No dejé que me distrajera». Y trató de quitarle hierro al tema, aunque sabe que quedará siempre en la memoria: «Me enteré cuando caminaba hacia el tee del hoyo 12, me dijeron que lo habían estado viendo. ¿Pero a quién le importa ya? Ya no importa. Me alegra que no tuviera relevancia, habría sido algo malo».
Desde la USGA dan su versión, sobre todo de lo que les llevó a aplazar hasta que terminara su ronda la comunicación de la decisión: «Queríamos que Dustin se diera cuenta de que estábamos preocupados por cómo podría afectarle que tomáramos una decisión durante el resto de su ronda».
Visto el resultado final, parece que no le afectó demasiado. Aunque referentes como Colin Montgomerie no lo ven así. En Sky Sports dijo: «Se ha puesto una sombra sobre la ronda final del US Open. La USGA debió tomar una decisión en 10 segundos para solucionar el tema de inmediato, es tan simple como eso. En mi opinión este tema tuvo un claro impacto en Johnson, que perdió algunas oportunidades de birdie e hizo bogey en el 14. Tampoco es fácil ni justo para Shane Lowry, que no sabía en qué situación estaba. Es una situación ridícula y la culpa es de la USGA por dejar que sucediera».
Otro histórico del golf mundial, Paul McGinley, fue igualmente crítico con la USGA: «Esto no puede volver a ocurrir. En pleno auge del torneo y en uno de los eventos de golf con más audiencia de mundo y cientos de millones de personas viéndolo no podemos generar este tipo de confusión que afecta a la competición y a la claridad de los marcadores». En definitiva, que pese a la enorme polémica generada, el buen juego de Dustin en los últimos hoyos de Oakmont ‘salvó’ a la USGA de un escándalo de mayores dimensiones…
