Inicio US Open US Open 2018 Así está y así respira Sergio García antes del US Open

Así está y así respira Sergio García antes del US Open

Compartir
Sergio García bromea bajo la lluvia con su caddie Mark Chaney y Charles Howell III. © Tengolf
Sergio García bromea bajo la lluvia con su caddie Mark Chaney y Charles Howell III. © Tengolf

Quedan apenas unas horas para que arranque el US Open y una de las grandes preguntas que se hace el golf español es cómo se encuentra Sergio García. Sus últimos resultados no han sido buenos y la preocupación es evidente. El primero que sabe que no atraviesa por un momento óptimo es el propio jugador de Borriol, pero también es una realidad que ha vuelto a remontar el vuelo. Sergio está de nuevo en la pista de despegue y lo hemos podido comprobar este miércoles durante los nueve hoyos de práctica que ha jugado. Los nueve segundos de Shinnecock Hills.

Todo lo que se esconde detrás de un tibio 16º puesto en un US Open…

Sergio no está lamentando su suerte, ni quejándose por las esquinas porque su swing no está tan fluido como hace dos meses. Al contrario, se ha puesto manos a la obra y está trabajando para recuperar su mejor versión. Para empezar, ha tomado medidas. Cambió el caddie. Terminó tras casi una vida profesional completa con Glen Murray y se ha puesto en manos del experimentado Mark Chaney, con más de 30 años en el circuito. La relación entre ambos es cordial, de trabajo. Obviamente, García no tiene aún con Mark la complicidad que tenía con Glen, pero será cuestión de tiempo. También es cierto que no son de la misma generación. Es un caddie que sabe el oficio, muy tranquilo y puede ayudar a Sergio a llevar las pulsaciones bajas.

Sergio García pega la salida en el hoyo 15. © Tengolf
Sergio García pega la salida en el hoyo 15. © Tengolf

También ha cambiado el putter. El nuevo con el que ha estado trabajando las dos últimas semanas en su campo en Borriol y que se estrenará en el US Open es el Odyssey Exo Rossie S. Le gusta y se encuentra cómodo. Es parecido al putter con el que ganó el Masters, aunque aquel era cuadrado y este es redondeado.

La catástrofe de 2004 tiene una leyenda urbana

No obstante, lo que más ha trabajado Sergio en las últimas semanas es la parte mental. García tiene claro que todo pasa por ir recobrando la confianza y que eso no se consigue de la noche a la mañana ni apretando un botón. Tiene claro que irá llegando poco a poco y que él tiene que poner mucho de su parte. Y en ello está…

Sergio está haciendo un esfuerzo por darle más valor si cabe a las cosas buenas que realiza en el campo y dejar en un segundo plano lo malo. No es una cuestión de engañarse, porque García nunca lo haría, sino de disfrutar más con lo que al fin y al cabo es su pasión. Agarrarse a todo lo bueno que está haciendo para que sigan ocurriendo cosas buenas. Su vida fuera del campo atraviesa un momento extraordinario. Es feliz con Angela y se le cae la baba con su hija y está deseando que ese espíritu positivo se traslade al campo.

El caos de tráfico llena de angustia el US Open

A Sergio se le ve calmado, sonriendo mucho, haciendo bromas, interactuando con el público de manera divertida y afable en este US Open. Los gritos de ánimo que va recibiendo durante la ronda de prácticas son incontables y García siempre los responde con una sonrisa. Todo importa y todo forma parte del proceso que al fin y al cabo consiste en ser más feliz en el campo, disfrutar más.

Realmente, no parece Shinnecock Hills el escenario ideal para que uno recobre la confianza. Es uno de los test más duros que existen y los errores se pagan muy caros, pero Sergio sabe que no hay otro camino y cuenta con la baza a favor de que le gusta el desafío, le encanta Shinnecock. El campo lleva a todos con el agua al cuello y García se siente a gusto en esa salsa. Ni siquiera la pertinaz lluvia que ha caído hoy durante los nueve hoyos que ha jugado le han quitado el buen talante.

FOTOS: Todo listo en Shinnecock Hills para un US Open apasionante

Es un ejemplo de la buena actitud de Sergio. Otro es que ver cómo en el green del hoyo 15, tras tirar dos putts largos que se iban más lejos de la cuenta, a unos dos metros y medio, se iba hacia ellos y se obligaba a meterlos de vuelta. Y los metía. Esos putts forman parte de todo lo que va rellenando la mochila de la confianza. Sergio se ha puesto a ello con el pico y la pala y eso es una gran noticia para este US Open y lo que viene por delante.