Inicio US Open US Open 2019 Rafa pasó otra larga tarde de cuchillos largos…

Rafa pasó otra larga tarde de cuchillos largos…

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Rafa Cabrera Bello, con los colores de Estados Unidos en la segunda ronda del US Open. © Golffile | Ken Murray
Rafa Cabrera Bello, con los colores de Estados Unidos en la segunda ronda del US Open. © Golffile | Ken Murray

Rafa Cabrera Bello (+2) estaba fuera del corte del US Open en el momento de escribir esta crónica, es decir, las 22.26 hora peninsular española. Eso sí, ocupaba el puesto 71º y la lógica invitaba a pensar que lo acabaría pasando cuando acabara la tarde. Sea como fuere, desde luego no estaba garantizado, ya que la clasificación se estaba moviendo muy poco en un viernes gris y húmedo en Pebble Beach.

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Así las cosas, la conclusión es que al canario le quedó otra tarde larga y cruda de cuchillos largos, igual que le ocurrió en Bethpage hace menos de un mes tras la segunda ronda del PGA Championship. Rafa también jugó por la mañana en Nueva York aquel viernes y tuvo que esperar hasta última hora para confirmar que el +4 estaba dentro del corte. De hecho, recordarán que hasta se puso a hacer la maleta convencido de que no estaría el fin de semana…

Pues bien, hoy, en el otro extremo de Estados Unidos, se sometió a algo parecido. Lo cierto es que la sensación siempre fue más positiva que en Bethpage. El +2 debía ser suficiente, pero no estaba garantizado y, obviamente, iba a depender de cómo evolucionaran las condiciones por la tarde. Sopló viento, pero no demasiado… Hizo frío y los greenes de Pebble Beach se fueron poniendo cada vez más duros, pero aún así le costaba entrar al +2. Tocó esperar.

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En cualquier caso, si Rafa peleó (y consiguió al final) pasar el corte será en buena parte por su espíritu indómito. Su inicio había sido demoledor. Había arrancado con dos dobles bogeys y un bogey en los primeros cinco hoyos. Un mazazo se pongan como se pongan. Más cinco después de cinco. No es fácil reponerse de algo así, ya que bajaba a +4 en el total, lejos del corte…

Sin embargo, Rafa no tiró la toalla, más bien al contrario. Se convenció de que había margen de maniobra y de que al menos tocaba luchar. La primera recompensa a esa buena actitud llegaba en forma de golpe de suerte en el hoyo 6. Conseguía un eagle reponedor. Su tercer golpe desde el rough salía muy suelto, pero tocaba en la bandera y acababa entrando. Bonus. Bocanada de aire fresco.

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El canario retomaba el pulso a la vuelta y a partir de ahí se fajaba como cualquier otro día, pegando golpes muy buenos y logrando birdies claves en los hoyos 14 y 15, cuando se estaba decidiendo el asunto. Se había abierto de par en par la puerta del corte con una gran remada. “Nunca me he rendido. Si algo he aprendido en mis años de profesional es que 18 hoyos dan para mucho. Mi filosofía es que hay que intentarlo siempre para salir con la cabeza alta. Si lo intentas y no lo consigues, al menos puedes dormir tranquilo”, asegura el canario.

Al final, cuando habían pasado casi seis horas desde que Rafa entregó la tarjeta y la noche caía sobre Pebble Beach, se terminaba confirmando que el +2 entraba en el corte. Uno más para Rafa, y van siete seguidos en los Grandes. Que no está mal…